¡¡¡Buenas tardes Villorejos!!!
Por fin llegó el día que todos estábamos esperando…………. este en el que darán comienzo nuestras Fiestas Patronales.
Queremos agradecer a la corporación municipal, habernos elegido a la peña CHIRIMBIKI en su 40 aniversario, como representante de todas las peñas de Villoria, para este emotivo acto que enorgullece a cualquier Villorejo.
Las peñas son el reflejo de la amistad, compañerismo, tradición, diversión, … en definitiva, la esencia de las fiestas. Somos un pueblo de muchas peñas y es esa tradición la que no tenemos que perder y entre todos fomentar para disfrutar de las mejores fiestas.
También agradecer a todos los que colaboran y organizan las actividades que vamos a disfrutar en estos días, que sin su ayuda desinteresada no serían posibles.
No podemos dejar de acordarnos, como ha dicho nuestro excelentísimo señor alcalde (aquí mi primo), de todos aquellos familiares y amigos que disfrutaron con nosotros de estos días.
Como ya sabéis, el relaciones públicas de CHIRIMBIKI y que no se enrolla nada, es Pascual, así que le paso el micro y que os siga contando.
Buenas tardes Villoria!!!
Lejos quedan ya aquellas fiestas del 86 donde empezó todo. Cuando aquella cuadrilla de chavales de apenas 16 años, alguno de 14, en el caño de Joaquín, dieron comienzo a esta bonita historia que aún perdura.
Por allí andaban Santi, Raúl, el rubio, Javi, José, Grego, Manteca, Toñin, Portu, Alfonso y alguno mas que se me escapa. Ahh!! Y José el primo de Grego, que el cabrón, con su flamante Yamaha RG-80 nos fastidiaba las pocas posibilidades que había de ligar (entonces no era como ahora) claro… el en su moto y nosotros en bicicleta no había color.
Pasábamos el verano en el parque por la mañana y bañándonos en la rampa del canal por la tarde o escuchando música heavy, que era lo que nos gustaba y nos gusta y el que podía o le dejaban, tenía el pelo largo. También nos gustaba en fiestas andar sin camiseta, a pecho descubierto hasta que en el año 88 decidimos hacernos nuestra prenda más preciada “El chaleco azul” (son los originales) que Juani y Puri nos confeccionaron a contra reloj para tenerlo a punto para la fiesta. Madre mía si estos chalecos hablaran, … y el frio que nos han quitado.
Mas tarde fuimos cambiando el parque por ir a coger patatas, que era lo mismo, estábamos en el campo, pero con dolor de riñones, hasta que llegaba mediados de agosto y empezaba lo bueno…hacer la peña.
Limpiábamos lo que hubiera que limpiar y cosíamos a mano lonas interminables de sacos para hacer los reservados, ahora los más jóvenes y recatados llamarían la zona VI, AÍ,PÍ (VIP) en las cuales dormíamos la siesta y lo que no era la siesta, nosotros casi siempre lo que no era la siesta.
De la luz se solían encargar el rubio y Manteca, cuando lo hacía Manteca solo solían saltar los plomos un par de veces o tres, síntoma de que iban a ser buenas fiestas, siempre lo han sido. Para dar más intimidad pintábamos las bombillas con pintura y luego durante unos días olio que tiraba para atrás. La decoración era bastante austera, posters de nuestros grupos Heavy favoritos y algunos de mujeres pobres, pues en todos estaban sin ropa.
Cuando la peña estaba mas o menos montada, íbamos por la noche al supermercado de las parcelas a buscar algún melón o alguna sandia, los productos, más frescos imposible, de la parra a la mesa y al mejor precio, solo costaba cogerlos, aunque alguna carrera nos tocó echar.
Tuvimos varios sitios donde hicimos la peña a parte del Caño, como fue los locales que nos dejaba Antolín, el padre de José en la calle Comercio. El año que la hicimos en la Tena (que tuvimos que echar de hormigón todo el suelo) era la época en que más salvajes estábamos. José tenía un poco más adentro unas cerdas y una de ellas había parido un par de días antes, mala época para parir, entre el bullicio de la gente, la música a tope y demás el parte veterinario fue de 5 tostones fallecidos, 1 con pronostico reservado, que al final se salvo y 2 leves, a nosotros no nos fastidio eso, nos jodio que no probamos ninguno.
También colaborábamos, como todo el pueblo, en la construcción de la plaza de Toros, que se hacía con palos y remolques en la que participaban grandes y pequeños a los que mandaban a buscar puntas donde Siso o algunas cajas de bollos a donde Lolo.
Para nosotros cada momento era una fiesta, ya fuera ir a buscar los sacos de paja para nuestros momentos de relax o ir a buscar la bebida, la diversión estaba asegurada.
Los sacos de paja eran una maravilla, ¡¡cómo se descansaba!! se amoldaban a la forma del cuerpo, que reíros vosotros de los colchones viscoelásticos y decorativos… alguno se levantaba con las letras Forterra marcados en la cara.
A buscar la paja solíamos ir de noche y un año se nos ocurrió ir por la mañana… un domingo… no hemos pasado mas calor en nuestras vidas.
Cogimos el carro, una caja de cervezas para mitigar la sed y el calor y pusimos camino hacia el monte, antes de salir del pueblo, exactamente a la puerta de Nito, por temor a que se calentaran, nos bebimos la caja entera… no quisimos arriesgarnos. ¡¡Que sensación de bienestar llenando sacos!!
En cuanto a buscar la bebida solíamos ir los mismos, el rubio, Mantecas, José, Grego y yo, nos lo pasábamos de lujo. José solo hacia que echar bolsas de patatas fritas al carro (a ver si suben, decía) y Manteca y yo botellas que nadie bebía por el echo de que regalaban algo, ya fuera un vaso, una mini botella o un gorro y bufanda mejicanos con el tequila.
Pero antes de pasar por caja, pasábamos un control previo … Grego… que nos preguntaba ¿Quién bebe esto? Nadie… ¿y esto? nadie… ¿y esto otro? nadie— ¿y para que lo cogéis?, por los regalos … pues a su sitio que esto no se lleva. De no haber sigo por el… algún año hubiéramos bebido suavizante para lavadora cuando regalaban el osito de mimosin.
Fueron años muy locos y salvajes fruto de la edad y estar exentos de responsabilidades, aquellos primeros ligues, bueno de esto no voy hablar, el año era un desierto y las fiestas un oasis maravilloso donde beber… nunca mejor dicho… lo que pasa es que algunos no salíamos del oasis en los 5 días.
Empezábamos la víspera y empalmábamos la verbena con el encierro, luego a rondar a algunas chavalas, el vermut, malcomer, tomar café, copa y puro, toros, ducha, malcenar, peña y vuelta a empezar… así hasta que le cuerpo nos decía basta… que solía ser a la tercera noche, eso era aprovechar bien el tiempo, esa noche nos la tomábamos más relajada y luego otro tirón hasta el final, no vivíamos de noche y dormíamos de día como se hace ahora.
Las fiestas con los años, al igual que la situación personal nuestra fueron cambiando, se pasó de unos remolques para las orquestas como Aldebaran o Window Rock a grandes camiones escenario como Cañón y la discoteca móvil de después, creemos que era mejor antes, cuando al acabar el baile las calles eran un ir y venir de geste de peña en peña y en la que cuadraba se montaba el show. Como olvidar aquellas noches mágicas de monólogos en la peña de los Play-boy en paro o con las Guiris, que nos hicieron hasta una canción, que todavía hoy sigue escuchándose “un rego, dos regos, tres regos, coño CHIRIMBIKI” … o las visitas a la Mandanga o Bakanal por citar algunas… ese buen rollo lo continuamos con las chicas de Mente Loca con nuestros cafés y sus chupitos de Tequifresí.
También tuvimos algún rifirrafe, por ejemplo, con la desaparecida peña Joker, que una noche fuimos a su peña a tomar una copa y el que estaba fuera nos dijo que no había nadie y cuando metimos un cohete bomba por la ventana bajaba gente hasta del sobrado. Esto, aunque puede parecer delito… ha prescrito.
Fueron desapareciendo todos aquellos juegos populares que se hacían después del encierro, como el tiro de la soga entre peñas o el marrano untado en manteca que con un empate técnico ganamos junto con la peña Qutres. Avances de la vida, también desaparecieron peñas como La Vega, Los Feos, Cañaka, pero aparecieron otras como Descentrados, Sin Sentido, Los Masones, EL Alboroto, Los Reyes de Copas y otras más. También se mantienen La Mandanga, Qutres, JB, Play boy en paro, Guiris, Y tú que miras, Éxtasis, Los Templarios, La Trinchera, Okupas, Infiltraos y muchas más que sería larguísimo enhuerar.
La peña siguió con sus cambios y ya el dinero que antes se destinaba integro a bebida, se fue repartiendo también para comida. La verdad es que teníamos buena mano para la cocina, excepto aquella vez que hicimos nuestra primera paella y no debamos con el punto de sal, por más que echábamos aquello no cogía sabor.
- Echa más sal Mantecas … (Pa)
- ¿más?, yo creo que ya hemos echado mucha… (Raúl)
- naaa… tu echa más que esto no coge sabor… (Pa)
llevábamos echados unos 250 o 300 gramos y no había manera … cuando comprobamos, estábamos echando azúcar en vez de sal… no nos cargamos a Oscar de milagro … paella no apta para diabéticos.
Por la noche solíamos hacer parrillada, eso se nos daba mejor y después recogíamos y en lo que la orquesta calentaba, nosotros jugábamos unas cuantas rondas a la abuela con tequila, aguardiente, Jack Daniels y lo que pilláramos para ir cogiendo ritmo de competición y cuando llegábamos a la verbena ya nos daba igual una rumba que una sevillana.
Nos fuimos casando y teniendo a nuestros hijos, nos tocó adaptarnos a sus horarios y necesidades, aunque mas de una vez tuvimos que tirar de los abuelos, que la vida nos dan, y la peña paso de ser un desfase y descontrol a poco menos que una guardería con sus sillitas “Jane” aparcadas en batería. Quien nos había visto y quién nos veía ahora, la vida tiene estas cosas.
Hoy día estamos orgullosos de que tengan sus propias peñas porque eso es señal de que han recogido el testigo y esto sigue adelante, aunque con la preocupación del que ha sido cocinero antes que fraile…
En cuanto a nosotros, menguo la plantilla, otra vez cambió, y nos quedamos los que mas o menos seguimos tirando del carro para que esto continúe, porque aquí no hay mas secreto que ponerle ilusión y ganas de seguir pasándolo bien, aunque la edad no perdona. Tuvimos la incorporación de Eva y Hely que es el que se encarga del tema fotos, montaje de video y demás cachivaches tecnológicos.
Un mensaje para las peñas mas jóvenes… “Por favor” disfrutar de las fiestas con sensatez y cordura sobre todo respetar el mobiliario ajeno (madre mía que este yo diciendo esto), recordar “no hagáis lo que a vosotros no os gustaría que os hicieran “ y sobre todo prime el buen rollo entre todos, porque es la manera de seguir haciendo grandes, más si cabe, a estas fiestas que tenemos la suerte de disfrutar cada año y a nuestro pueblo de Villoria.
Por ir acabando, un recuerdo enorme a todas las personas que algún día formaron parte de esta peña y que, por motivos más serios en algún caso y gilipolleces en otros, se separaron nuestros caminos. Este momento también os pertenece.
Trae el micro Pa que te estas alargando y nos llega el día de la vaca y no empezamos las fiestas.
Agradecer a todos los vecinos que nos han aguanto todos estos años la paciencia que han tenido con nosotros, en especial a Tere y a Julián “el vasco” que esos días su casa era nuestra casa, nos aguantaban a cualquier hora que fuéramos y me refiero a cualquier hora del día o de la noche, siempre tuvimos un bollo que comer y un trago que beber…
Iñaqui y Silvia recordaran bien cuando a el y a su hermano Héctor, que nos estará viendo desde ahí arriba, los levantábamos de la cama en pijama y con el chupete. Hace poco me comentaba Iñaqui que esos días esperaban despiertos a que sonara el timbre y que se lo pasaban mejor que el día de reyes.
Esta es a grandes rasgos nuestra historia, en el tintero y en el disco duro de la memoria se quedan muchas cosas más, que por tiempo, estar en horario protegido y no haber prescrito no se pueden contar.
40 años de recuerdos, anécdotas, noches, risas y copas compartidas de aquella cuadrilla de chavales de apenas 16 años, alguno de 14, que en el caño de Joaquín, mi padre, dieron comienzo a esta bonita historia que aún perdura.
VIVA VILLORIA!!!
VIVA LA VIRGEN DE LA VEGA!!!
Y VIVA LA MADRE QUE NOS PARIO A TODOS!!!

