Fin de la inocentada que tenía parte de realidad

Así lo dejamos, a medias lo de inocente, porque el texto de la inocentada era más bien una broma que encajaba en este día.
Pero hay una cosa que es cierta, y es la figura que encontramos en una de las paredes de nuestra iglesia.
Su origen nos lo ha aclarado Carolina Carrasco con su comentario y su foto. Ahora queda comprobarlo personalmente.

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