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LA ALAMEDA SUSURRANTE.

Un año más,de nuevo volvemos a Villoria en Agosto a pasar unos días de vacaciones. Como siempre,nos gusta juntarnos con la familia,pasear por las calles de Villoria,hacer una visita a las parcelas,caminar junto al canal,disfrutar por las tardes en las («piscinas terroríficas») y,como no,aprovechar la sombra de la alameda.
En Agosto,en Villoria,como el sol lo ilumina todo y el calor en ocasiones es asfixiante,muchas veces tus pasos te llevan en busca de un sitio refrescante y donde haya abundante sombra.Y qué mejor lugar que la alameda que está cerca y es muy fácil llegar andando.
Es un lugar que tiene varias entradas y se puede pasear por sus caminos de gravilla que rodean las zonas verdes o incluso te llevan a la fuente que se encuentra allí.Durante el día,los trabajadores del ayuntamiento colocan los aspersores en distintos sitios para que la hierba se humedezca y siga manteniendo verde el lugar.
Una tarde la familia decidió hacer una merienda.El sol abrasador no conseguía atravesar los inmensos árboles de la alameda que hacían que allí se estuviera fenomenal.El paso de las horas había hecho que el suelo secase el agua de los aspersores que habían estado funcionando toda la mañana,pero aún se notaba el frescor de la hierba.
Ocupamos uno de los bancos y añadimos un par de mesas plegables y un montón de sillas para poder juntarnos todos.Los mayores preparaban las mesas colocando las tortillas,el fiambre,los fritos y aperitivos varios y algo de beber.Mientras tanto,los niños se dedicaban a jugar alrededor de las mesas.
La tarde avanzaba,lo pasamos tan bien que llegó la noche rápidamente.
Inmersos en la sobremesa,de repente se encendieron las farolas.Tantas habían sido las historias que los mayores habían contado,que la noche cerrada se echó encima y la luna hizo su mágica presencia.
A las doce comenzaron a escucharse unos sonidos ininteligibles,susurros espeluznantes.A mi alrededor se generaban luces y sombras y los álamos parecían cobrar vida.
Todo se movía y se oía un…..fiuuu…fiuuu…fiuuu,…..que iba creciendo por momentos.
¿Qué estaba pasando?.
Entonces,sentí como me zarandeaban y………..de repente……….¡Despierta!,¡Despierta!,que ya es medianoche y «el viento de las doce» ya está soplando y moviendo los árboles de la alameda.
¡¡Todo fue una pesadilla!!

FIN

Autor:
Eneko

Ayudantes:
R y V

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