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Por que no es sólo Santa Águeda la que reluce

FIESTAS DE HOY EN DÍA

Por que no es sólo Santa Águeda la que reluce
Las fiestas y días dedicados a la mujer, aparecidas en los albores mismos de la organización social y presentes en todas las culturas y geografías, no han acompañado su indudable importancia, influencia y pervivencia con un lógico conocimiento y una suficiente documentación: la historia suele silenciar los acontecimientos protagonizados por mujeres.

En estos días en los que en nuestra tierra, tenemos muy presente la fiesta de Santa Agueda, vamos a acercarnos a conocer, otras fiestas similares (no iguales) o parecidas que por diferentes motivos, evolución y tradicción han cambiado, se han alterado y llegan a nosotros de muy diferentes formas, maneras y manifestaciones:

Comadres:
El día y la fiesta más significativa en Asturias ha sido y es el Jueves de Comadres que, como la mayor parte de estas celebraciones, precede al Carnaval. Varios autores y autoras, Constantino Cabal entre ellos, argumentan su origen en las Compitales romanas o fiestas de las cómpitas, durante las que se permitía el «mundo al revés» cambiando brevemente el orden de las cosas.

El jueves de comadres, fiesta de mujeres muy popular en algunos lugares que se relaciona con el bautizo cristiano -madres, madrinas, hijas, ahijadas- y, alrededor de ellas, de mujeres sin más.

El jueves de comadres en Gijón tuvo por principal distintivo la merienda, alrededor de una jugosa tortilla, a las afueras de Gijón, donde las mujeres buscaban lugares amplios y cómodos para organizar su «honesto jolgorio» que fue incorporando instrumentos musicales, bailes y cánticos tras la merienda. Participaban grupos femeninos familiares acompañados de chiquillería y grupos de mujeres asociadas laboralmente, uniéndose en comadreo madres y madrinas, escolares y maestras, cigarreras, pescaderas, modistas…

En 1986, la casi recién nacida Tertulia Feminista Les Comadres se planteó recuperar esta tradicional fiesta de las mujeres gijonesas (durante el franquismo y al igual que los carnavales estuvo «aletargada») añadiéndole un carácter reivindicativo por medio de los premios Comadre de Oro y Felpeyu: reconocimiento hacia quienes luchan por la igualdad y dignidad de la mujer; desprecio para todos los propagadores de la necedad machista.

FIESTA DEL ORAKUNDE
La fiesta del Orakunde, era antaño la última fiesta previa al carnaval que se celebraba en el Valle de Baztan. Tres semanas antes, y siempre con jueves, primero se celebraba Gizakunde, fiesta de los hombres. Al siguiente jueves se celebraba Emakunde, fiesta de las mujeres y el jueves previo al miércoles de ceniza, se celebraba el Orakunde, o fiesta de todos.

De las tres fiestas que se celebraban antaño, hoy en día solo perdura el Orakunde, aunque colectivos culturales como Jo ala Jo, estén intentando recuperar las fiestas de Gizakunde y Emakunde. El día de Orakunde también se conoce como Jueves Gordo o «Egun Tuntún», y a decir verdad la manera de celebrar tal día a variado ostensiblemente de la manera en la que venía celebrándose antiguamente.

De hecho, antiguamente la fiesta comenzaba el miércoles con la cuestación vecinal o «puske biltzea», recogida de alimentos que se realizaba por todas las casas y caseríos del pueblo acompañados de txistularis y músicos. Luego todo lo que se recogía (chistorra, huevos, etc) servía para preparar la comida del día siguiente.

El día de Orakunde comenzaba hacia las nueve de la mañana cuando se reunían todos los chicos (las chicas participaban a la tarde) a las puertas del colegio, y en una especie de semiprocesión acudían a misa con el Maestro, Alcalde y Sacerdote del pueblo. Después de la misa, todos paseaban por el pueblo cantando al son del txistu, y recogiendo los últimos alimentos y monedas que daban los vecinos. Al mediodía todos se juntaban en la posada del pueblo y degustaban un menú a base de todo lo que habían recogido. Claro que el Maestro, Alcalde y Sacerdote también acudían pero estos tenían un menú mucho mejor que los jóvenes. Tras la comida, llegaba el plato fuerte del día que era el «Juego del Gallo» y se celebraba en la plaza del pueblo. A los chicos, provistos con espadas de madera, se les vendaba los ojos y levantando una losa del suelo se enterraba el gallo y solo se le dejaba la cabeza al descubierto. Tras una palmada del maestro, los chicos iban caminando a ciegas y trataban de ser los primeros en tocar la cabeza del gallo pues en ese caso el animal sería para ellos. Tras varios juegos del gallo (distribuidos por edades), se pasaban a realizar distintos juegos y un baile para finalizar la fiesta que terminaba cuando sonaba la «ilun ezkile» o campanada nocturna que era el aviso para que todo el mundo se retirara a sus casas poniendo punto y final al día de Orakunde.

Hoy en día, ante la imposibilidad de contar con músicos para el día de Orakunde para todos los pueblos del Valle, muchos pueblos han optado por adelantar al miércoles la celebración de la fiesta. Y la fiesta en sí también ha variado. La misa se mantiene, pero por la mañana se realizan distintos juegos para los niños. La comida la realizan en restaurantes o sociedades gastronómicas, y el menú consiste en paella, pollo asado con patatas y helado de postre. Y tras la comida, se realiza el «Juego del Gallo» en el frontón con el gallo entero sobre el piso. Tras dicho juego, todos acuden a un baile que pone punto y final al día de Orakunde en el Valle de Baztan.

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