Ayer sábado era un día más de visita obligada a la casa de todos. Quien más quien menos tenemos allí a alguien a que visitar, decirle unas palabras que nos sirvan de consuelo, rezarle o simplemente llevar unas flores a su tumba.
Se supone que el respeto, el silencio, la calma es lo que debe reinar en este lugar en el algún día la mayoría de nosotros ocupemos el lugar que nos tengan reservado quienes nos sobrevivan. Pero el aspecto que tenían algunos de los adornos florales de varias tumbas no indicaban precisamente calma, sosiego, tranquilidad y mucho menos respeto.
Como se puede apreciar en las fotos, había numerosas flores por el suelo, por cualquier sitio menos en el lugar donde supuestamente debían estar.¿ Habrá sido el viento?. Lo dudo porque estos últimos días apenas se ha notado. ¿Habrá sido algún animal no racional? Es posible, pero ¿a santo de qué?. Más bien parece que la «hazaña» ha sido obra de algún «animal racional», de esos que parece que últimamente campan a sus anchas por nuestro pueblo.
Cuando una ve estas cosas, lo que le invade es una sensación de rabia y de impotencia al ver que ni el lugar donde reposan nuestros familiares y amigos se ve libre del comportamiento irracional de algunos impresentables.
¿Tendrán algún día su merecido castigo?. Confiemos que sí.
Mercedes Corredera
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