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ESQUINA DE D. GUILLERMO, MARQUESINA DEL AUTOBUS Y ESQUINA DE LA GUARDIA CIVIL

TRES LUGARES EMBLEMÁTICOS DE MI PUEBLO


ESQUINA DE D. GUILLERMO, MARQUESINA DEL AUTOBUS Y ESQUINA DE LA GUARDIA CIVIL
Voy a intentar plasmar estas tres historias que quiero contarles, desde que tengo uso de razón hay tres lugares emblemáticos en mi pueblo, cada uno en su época. Yo creo que se podían haber hecho películas de lo que allí se ha hablado, pero en bueno.

El primer lugar es la esquina de D.Guillermo, que está en la calle larga que es la más principal de mi pueblo, donde se reunían los mozos hace muchos años después del trabajo ( el que lo tenía, que eran pocos), al ponerse el sol.

Entonces en este pueblo se pasaban muy putas, allí había un caño con tres chorros al lado del ayuntamiento, donde las mocitas a esas horas iban a por agua con sus cantaros, con ese garbo y salero que te da la juventud, moviendo su cuerpo que a los mozos de las esquinas les hacían chibiritas los ojos en cuanto las veían, porque algunos estaban clavados de la que iba a ser madre de sus hijos. Eso era un arte, llevaban un cántaro en la cadera y no quisiera equivocarme algunas lo llevaban en la cabeza, se ponían una toalla en la cabeza enrollada y se les sujetaba, que equilibrio tenían aquellas mocitas, así que los mozos que estaban de cháchara de pie o sentados en una piedra redonda de granito, cuando veían a la suya se cogían el pendinge y se acercaban a coger el agua, como el cordero cuando quiere tirar de la teta. ¡Pero ojo! que nos las ayudaban, que machistas, pero es que entonces estaba prohibido todo, hasta tocar el cántaro. Daban una vuelta por el pueblo, pero sin tocarse ni se permitían una cosquilla porque si no el cántaro al suelo, y los padres que en aquellos tiempos eran un poco duros, yo digo que hasta un poco dictadores se les podía caer la manojera si se rompía el cántaro, y los que no tenían apaño se daban una vuelta contándose sus batallitas.

A mis hermanos Justo, Nano y Valentín les tocó algo pero yo creo que estaban muy verdes, mi hermana Pepa que era una mocita le tocó algo, salió un poco precoz en echarse novio, un morenito llamado Julián «El Moreta» que le saca unos años, éste peló pocas pavas como se suele decir en las esquinas, porque siempre estaba trabajando con la labor o con las ovejas, pero iba por las noches a ver a mi hermana , Bauti que salía con mi amiga Sole y Tente con mi prima Tere nos rompían todas las bombillas y no se veía nada en el pueblo, había que tener huevos para no hacer nada y estar en la esquina con lo malo que hacía, así que mi padre el tío «Pindoque» y nosotros nos caímos alguna vez al charco porque las calles no estaban asfaltadas, o te dabas con un carro que había a una puerta, así que luego el sainete estaba preparado en casa, y ahora esas grandes mujeres la mayoría están operadas de la cadera ya que aquellos cántaros pesaban un rato. A mi hermana le ha dado muy buen resultado el morenito porque sigue enamorada como una quinceña hasta me ha dicho que prefiere morirse antes que él, piénsatelo chica.

Segunda historia, Marquesina del Autobús.

Hay un banco donde se sientan unas ocho personas que están resguardadas y allí se cuentan sus historias preciosas, son de los más mayores del pueblo, donde se me han ido en poco tiempo varios amigos, y bueno yo que soy un zángano y pateo los pueblos todo lo que puedo muchas veces me paro porque allí veo vida aunque ya muy gastada. Doy las buenas tardes y como me gusta llevarme bien con todos les cuento un chiste y les pico un poco para que esos ojos no se vayan adormilando y ya está la gresca.

Recuerdo un día le digo a uno, «creo que eras muy bueno segando» y salta otro como un escopetazo, «pero si fue un engarañao segando» y contestó el otro un poco enojado, «lo dirás tu pero en las huertas no me ganabas porque hemos trabajado juntos». Ahí empieza el debate que si tú, que si yo, y me escojono de risa porque me parece que estoy viendo a mi padre y a mi tío en los últimos años de su vida. Hay uno viudo y a este le gusta hablar más de mujeres, yo les digo «de joven las traía por la calle de la amargura», y contesta alguno» de pico» y este del que hablo se rebota y le dice al otro» calla que a ti te hizo caso la mujer que si por esto que si por lo otro» y ahí es donde comienzan a contar cada uno sus batallitas que son preciosas sin meterse con nadie, porque sus mentes quieren recordar algo que se les está olvidando y encima les digo «me han dicho que os van a quitar la jubilación», ¿quién ese tío ca…? que timbiramba se prepara. Dejo caliente el patio y me despido, adiós amigos.

Ultima historia, La Esquina del Cuartel.

Yo toda mi vida he visto allí mucha gente que no tiene trabajo o se jubila, allí las conversaciones son más frescas ya que son más jóvenes y tienen las mentes más lucidas, y es normal que se junten porque en casa estorbas a las mujeres que tienen tempero, no te aguantan en casa porque lo único que haces es dar guerra.

Se va uno allí y se desgrana hablando, unas veces se pasan y otras veces se quedan que es lo más normal, medio mundo habla del otro medio lo que pasa es que todos no somos iguales y yo lo mismo soy el primero, pero no me gusta levantar falsos porque se puede hacer mucho daño sin poder defenderse la persona que estas criticando, eso es grave y como digo yo cada uno se muere como le da la gana porque nadie tiene derecho a «Matarte».

Pues hace poco me dice un amigo» Alfonso, se estaba comentando en la esquina que si fulano se está tirando a fulana», le contesté «¿lo has visto tu?», me dijo» no», pero lo estaba comentando allí la gente, le dije un poco fuera de tono, tengo ganas que me critiquen a mi pero que sea verdad porque si no me matan, aunque tengo bastante con la mía.

Lo primero siempre ha habido romances en todos los sitios y cada uno con su cuerpo puede hacer lo que le dé la gana, si es verdad que en los pueblos nos conocemos todos, pero entiendo que hay cosas que se divulgan y se hace mucho daño, si hay personas que se entienden es porque se necesitan, pues hacen bien aunque hay mucho galgo pero con su cuerpo pueden hacer lo que les dé la gana, así que cuando nos vamos a la cama mi mujer y yo, miramos debajo de ella no siendo que haya alguien debajo y con estos pelaos que están cayendo que te puedes morir de frío he llegado a la conclusión, hay que ser solidario y que nadie se muera en la calle.

ALFONSO EL PINDOQUE

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