R.A.I.


Navarro de nacimiento y ciudadano del mundo por vocación. Ha sido una de las personas que más y mejor huella ha dejado en nuestro pueblo en la década de los 80

Llegó a Villoria junto con otros frailes dominicos, de todos conocidos: Juan, Quintín, Bernardo, Pedro, Paco… Hablamos del año 1980 y aquello fue un revulsivo para el pueblo. Eran tiempos difíciles, la dictatura estaba aún muy cercana en el tiempo y la incertidumbre predominaba en el ambiente; pero a la vez fue una época a la que podíamos calificar de esperanzadora: Salíamos del ostracismo, de la oscuridad, de la falta de libertades y ante nosotros se abría un nuevo horizonte tan amplio como complejo y desconocido.
Roberto Ábalos Illa, como titular de la parroquia, conectó rápidamente con la mayoría de la gente del pueblo, sobre todo con la juventud. Juventud que estaba deseosa de hacer cosas, de hacerse ver y de aportar al pueblo savia nueva. Y a fe que se consiguió, como podéis corroborar muchos de los que, a buen seguro, estáis leyendo estas líneas.
Viene a colación todo esto porque el fue quien puso la primera piedra para que saliera a la luz el primer número de Besana. Bien es cierto que contó con la colaboración de sus compañeros dominicos, de un buen puñado de jóvenes y de otros sectores de la población que hicieron posible este proyecto, pero durante varios años él fue el «alma» de esta publicación. Los que tengáis a mano los primeros ejemplares de nuestra revista veréis con frecuencia la firma de alguno de sus artículos R.A.I.
Sería injusto, por nuestra parte, no hacer un reconocimiento público a su labor en la creación, desarrollo y mantenimiento de Besana en sus inicios. Y, por otra parte, nos haría mucha ilusión que algún día pudiéramos sacar a la luz un artículo con la firma

R.A.I.
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