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Vuelta a las andadas

Después de un tiempo de descanso, volvemos a la carga. Y comenzamos año, año doblemente electoral. En primavera nos tocan municipales y a final de año generales. Nos libramos por ahora de las autonómicas pero siempre podría haber alguna sorpresa. Después de unos años difíciles, este además se presenta complicado. Y es importante tener en cuenta unos detalles.

Desde hace ya unos meses se van confirmando candidatos a encabezar listas, ya sean para municipales o autonómicas. Sobre todo en grandes ciudades y autonomías. Desde ese momento comienzan las “elecciones”. Los líderes de los partidos o en su caso los comités electorales eligen o ratifican esos candidatos. Los partidos eligen sus candidatos (y no los ciudadanos) aunque esté la variante de las primarias que es prácticamente lo mismo. Así se conformarán las listas cerradas para que las votemos en las urnas. El cabeza de lista y el orden de los que vayan en ellas es decidido por el partido. Y están repletas de amigos de los líderes, del partido y todos aquellos que militan en ellos y son afines o que les puede traer algún beneficio. Alguien que realmente valga para esa función pública o quiera trabajar por los ciudadanos no puede presentarse si no tiene contactos o si no es amigo de esas personas que hacen las listas.

Por eso no tendremos elecciones, sino votaciones. Votamos una lista de un partido pero no elegimos nada, porque ya lo han hecho antes por nosotros. Es mucho lo que se juegan, sobre todo económicamente. Reciben dinero del estado por votos recibidos, concejales, cargos… Están subvencionados por el estado, con nuestros impuestos en vez de utilizarlos para otras partidas presupuestarias. Por eso les interesa que la gente se identifique con unas siglas, con sus líderes o con una ideología para ganar votos que se traduzcan en beneficio. Siempre de los partidos que no se traduce en beneficio de los ciudadanos. Con eso consiguen que la gente no luche por sus ideas o razone por sí mismo más bien por lo que dice el partido. Son esclavos de éste.

Las asociaciones se financian con las cuotas de sus miembros o asociados, pero en el caso de los partidos o de los sindicatos reciben mucho dinero del estado. Sus sedes no son un local pequeño, más bien un edificio entero y con todas las comodidades. Si los políticos reciben dinero de su partido y de que la gente les vote, van hacer todo lo posible porque todo siga igual y llenando bien sus arcas. El año pasado, no siendo un año electoral como este, recibieron más de 55 millones de €. ¿No sería mejor repartir de una manera más efectiva los impuestos que recauda el estado?

Por eso seguiré escribiendo y mostrando detalles importantes para nuestra sociedad, para fomentar ser crítico con todo lo que se diga y no creérselo a pies juntillas. Debemos ser más los que conozcan lo que hay en realidad y lo que nos jugamos cada día. Si alguien cree que lo que digo es mentira, es libre para refutarlo pero que sea desde la educación y dando argumentos válidos. Yo estaré encantado de hablar todos estos temas, y otros que saldrán, de la mejor manera.
Sigamos luchando.

Héctor

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