Marco y Lily, eran dos primos que pasaban juntos las vacaciones de verano.
Marco tenia 10 años y era un niño extrovertido.Lily, en cambio, era mucho más vergonzosa. Tenía dos años más que su primo.
Como todos los veranos, habían vuelto a ir al pueblo de sus abuelos: VILLORIA.
Este es un pequeño y bonito pueblo en el que tienen una fresca y agradable alameda, unas parcelas para pasear, unas bonitas calles para caminar por las noches, a la hora del típico fresco. Pero lo que destacaba sobre lo demás, eran sus fantásticas y misteriosas piscinas.
Ese verano, casualidad, fue más caluroso de lo habitual. Todo el mundo estaba deseando que llegase la hora de apertura de las piscinas para acudir a ellas. Hasta se formaban colas en la entrada.
La gente que acudía, ocupaba los mismos sitios día tras día. Ponían sus sillas y sus toallas en los mismos sitios de siempre. Así, sus familiares y amigos sabían donde tenían que ir para encontrarse con ellos fácilmente.
Marco y Lily iban todos los días. Les encantaba chapotear. Entraban, salían, y no paraban de saltar en la piscina tanto grande como mediana.
Un día, algo les llamó la atención.
Pasaban los días y Lily y Marco empiezan a estar más mosqueados y sospechan que algo está pasando. Empiezan a vigilar, a mirar a su alrededor y a controlar a la gente…hasta que llegan a una conclusión.
Están convencidísimos, no puede ser otra cosa.
¡¡La piscina se está tragando a la gente!!
Y entonces, Lily y Marco, pasados unos días, se dieron cuenta de un dato importante que resolvería el enigma, y no, no era la piscina.
Era el mes, que se estaba acabando, y por eso faltaba gente, porque se les habían acabado las vacaciones y habían vuelto a sus casas.
Autor: Eneko Miguel García
Colaboradores: Verónica y Roberto
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