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LA LUCIERNAGA Y LA SERPIENTE

Se puede ser creyente y discrepar.

En mi cuerpo conviven dos personas, hay días que se entienden y otros según salga el sol. Procuro ser coherente, aunque algunas veces el corazón te hace jugadas, pero tienes que intentar no atropellarte en lo bueno y lo malo, ser tú mismo.

El otro día fui a misa, y empezó el sacerdote con un sermón que nunca había escuchado. Es muy dado a las metáforas, las utiliza mucho, tienen su sentido y me gusta como las cuenta. Dice el cura: Soy un pecador. Y yo también, pero no un come velas. Nos entendemos bien, aunque no del todo ¡Eh!

Hay sermones que me los sé de memoria, en estas semanas nos ha tocado, no sé si el Hijo Prodigo o el del Pan y los Peces o la parábola de las vírgenes y el aceite, (en la que algunas se durmieron en sus laureles). Pero bueno, nos apatusca a los que vamos y salimos contentos.

Pienso que ser cristiano o creyente exige comprometerte. Eso lo dice la Santa Madre Iglesia, querer al prójimo como a ti mismo, aunque te haya hecho mal. Aquí amigo, habría mucho de qué hablar.

No me gusta meterme con nadie y no me gusta tener enemigos, al contrario. Pero si yo mi vida la utilizo para extorsionar, blasfemar, matar y divulgar perjurios. ¿Vosotros creéis que me perdonaría esa persona, con el daño que le he hecho? creo que no. Si me estoy ahogando en una balsa y pido socorro, lo mejor que puede hacer esa persona, es hacerse el sordo, coger un palo y arrearme detrás del cogote un buen estacazo por el mal que le he hecho ¡Deuda saldada!

También me siento un pecador y muchas veces me pierdo con el bien y el mal. Si volviera otra vez Jesucristo a la tierra lo crucificaríamos como antes y los primeros en hacerlo seríamos los cristianos, como hicieron aquellos secuaces de la iglesia que no salían de los templos. Recibiendo a Jesús con palmas y a los dos días lo crucificaron a latigazo limpio. Ahí quien mejor se portó fue Pilatos, porque el que no cree en Jesús, no se entera de ese problema.

A lo que iba del sermón que nos tocó el otro día. Empezó diciendo el sacerdote, que hay personas a las que nos gustaría que otros no vieran la luz, como el caso de la serpiente y la luciérnaga (animal que no conozco, pero debe dar mucha luz).

“Se encuentran en el bosque una serpiente y una luciérnaga, se arrima la serpiente a la luciérnaga y le dice: te voy a comer. La luciérnaga contesta: por qué si no te he hecho nada; por eso y porque no me gusta que des luz, no quiero que me vean; además, me bandeo mejor en la oscuridad, es cuando hago todo el mal posible, algo que con la luz no puedo porque me divisan y corro peligro”. No sé cómo terminaría el tinglao, si cogería a la pobre luciérnaga o no. Así que este jodio cura me metió en este artículo que me está doliendo la cabeza y como soy bastante imaginativo no sé si me entenderéis con lo que os voy a contar.

Estarán de acuerdo conmigo de las atrocidades que se cometen. Se ejecutan de noche, como cuando iba yo de joven a cazar pardales a las norias. Es cuando los vándalos violan a inocentes y se cometen atracos, asesinatos en montes, tierras, carreteras, paredes de cementerios (que muchos están enterrados o esparcidos como perros en la maleza) y, estos se hacen los cobardes como la serpiente, porque no les interesa la luz.

Ya voy metido en años y me encanta andar y más si voy con gente con la que me entiendo bien, (aunque yo me entiendo bien con todo cristo), pero hay que tener mucho cuidado por los caminos y es lo peor que le puede pasar a una persona. Así que nos recreamos en el campo y en los pinares. Luego estás deseando que venga el domingo para ir a misa y al chiquiteo con los nuevos amigos, así que les llamo y les digo chicos, ¿cómo vamos a ir con la nieve que ha caído?, con la sotabanda que nos arreó la famosa Filomena. Pero fuimos.

Ese día salimos de misa después de darnos un sermón, para mí pa pensarlo bien y al terminar le dije al señor Luis, el cura. Cómo fue el sermón de   cuando Pedro estaba con su hermano en el mar y Jesús les dijo, dejar las redes y venir conmigo -que no cogían nada-, venir a pescar hombres. Ellos dudaron, normal, no lo conocían, pero les encaminó por todo el mundo, dejando a sus familias y amigos, para seguir al maestro. Yo no sé mucho de esto, pero vaya una sotabanda que les dieron por todo el mundo. Fueron perseguidos y crucificados por predicar la palabra del señor.

Bueno, como a mí la religión me ha traído de cabeza por el miedo que me han metido, aunque soy creyente, salgo con un amigo y le digo al viejo cura, pero joven en hechos, no se me cabree por lo de viejo, pero es que aquí en las Villas no hay curas jóvenes.

Vamos a ver señor cura, si me viene Jesús a casa y me dice Alfonso, vamos a pescar hombres o peces que no hay ¿Tú crees que le seguiría? ¿dejaría a la familia: mujer, hijos y nietos?, ¿me iría con él, con lo bien que estoy viviendo? ¡Oye! me dejó confundido diciéndome, Alfonso no le des a la chinorra que ya le estás siguiendo desde casa con tu familia y con lo poco que haces por los demás. Pues ahí amigo me dejaste aliviado, diciéndome que desde cualquier lado se le puede seguir.

Lo que tengo claro es que aquí abajo está la gloria y el infierno y como no me da miedo la muerte, me agarro a lo que tengo disfrutándolo con intensidad. Lo que más me apena del día que me vaya de este mundo es dejar a mis seres más queridos. Aunque se sufre mucho cuando un ser querido te deja, es parte de la vida, pero me gustaría que siguieran pescando.

Y señor cura no se fie de mí, aunque llevemos muchos años conociéndonos porque lo mismo le puedo hacer lo que hizo la serpiente a la luciérnaga y dejarle sin luz, no se fíe.

Un abrazo.

ALFONSO “EL PINDOQUE”

 2021-08-01

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