CARTA A UN AMIGO

QUERIDO MARCE

Hoy elijo esta forma de comunicación que ya casi nadie utiliza para dirigirme a ti, porque como todo el mundo sabe, y si no lo saben se lo digo yo, odias a muerte las redes sociales. Podía haber utilizado el teléfono, pero lo descarté porque últimamente estás muy liado y podía pillarte en mal momento. Así, utilizando Besana, de la que eres arte y parte, me aseguro de que encontrarás un momento para leer lo que te quiero decir.

Hoy te escribo como amigo. Se que estás pasando momentos difíciles gracias a esta pesadilla que nos está tocando vivir y que nadie imaginábamos. Día tras día abres la puerta de tu comercio, como hacen otros colegas tuyos, para que no nos falte nada que llevarnos a la boca. Es una tarea que hoy tiene unos riesgos que ayer eran impensables y que hoy todos conocemos. Y que quema, como algunos sabemos. Y además estos días, para más inri, no puedes explayarte y expresarte como a ti te gusta, haciendo chistes, contando anécdotas, pellizcando carrillos y dando besos. No, hoy hay que guardar las distancias y seguir la regla de las medidas que yo llamo del 1-1-1: una mascarilla, un par de guantes y un metro de distancia.

Y a más y más, como diría un conocido mío, últimamente te toca lidiar con comentarios y cotilleos en tu comercio por ser, como he dicho antes, arte y parte de esta revista y a ti te pilla de lleno por estar de cara al público. Es el peaje que hay que pagar por todo lo que ganamos. Permíteme un consejo. Tienes que hacer ver a toda esa gente que Besana tiene una dirección de correo, un twiter y un facebbok, donde nos pueden enviar sus observaciones, sus quejas y sus comentarios. Igual así te dejan trabajar y no te comes tu solo los marrones.

Y hablando de Facebook (siento tener que nombrar algo que odias), hoy esto sale publicado en esa red social, pero también en la página de Besana, así que tranquilo, que si lo podrás leer.

Recordando tiempos de mi niñez, en los cuales devoraba los tebeos, ahora llamados comics, me vino a la memoria uno donde se narraban las hazañas de un personaje llamado el Jabato, que tenía dos fieles escuderos: uno era Taurus, fuerte como una roca y otro llamado Fideo de Mileto, que se dedicaba a cantar odas y leyendas con su lira. Dejo al Jabato y a Taurus, me quedo con Fideo de Mileto, y te dedico este soneto con todo mi cariño y respeto. La música la pones tú.

Oh! querido y grato Marcelino,

ayer me dormí soñando contigo.

Quedé con el coco hecho un higo,

llorando sigo por mi desatino.

Soñé cosas que ahora te cuento:

vivías solito, sin telediario,

sin prensa, sin radio. ¡Vaya Calvario!

me queda mi móvil, dices contento.

Llamo a mi madre, no me contesta.

Pruebo con Isa, estará leyendo,

tengo las redes sociales, por cierto.

¡Ayuda Besana! No hay respuesta.

Alberto, David; sigo insistiendo

¿Usar redes sociales?¡ANTES MUERTO!

Hoy necesitamos muchos Jabatos, Taurus y Fideos de Mileto para luchar y tu eres uno de ellos, elige el que quieras. Ánimo y fuerza a todos.

Por cierto, ahora me entero que tienes wsapp, no es esto también una red social?, podías haberlo dicho antes…..

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