Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

SEGADORES

En aquellos tiempos se contrataban segadores gallegos para segar en los campos de Castilla.

Voy a seguir con recuerdos contados pero reales, pues quien me los contó
jamás haría fantasía de ellos, fue mi abuelo. Ignacio el padre de mi madre.
Se sabe que Castilla era la panera de España, por eso mucha gente iba a buscar en verano trabajo a Castilla ¿Castilla era la Alemania de aquel tiempo para muchos españoles?
Me contó tantas cosas mi abuelo, que llenaría hojas y hojas de ello. Ahora contaré algo. Me dijo como contrataban a la gente que iba a segar y que mucha de esa gente eran gallegos. ¡Es sabido por todo el mundo que cuando los americanos llegaron a la Luna ya había allí un gallego.

Así que era normal para estos hombres que por entonces ya vinieran a segar a Castilla a ganarse la Solda.. Venían en cuadrillas. Se ponían debajo de los soportales de la plaza Mayor, los de la parte de abajo, los que dan a la plaza de Abastos. Allí eran contratados por los ricos castellanos que solían mandar al que iba a ser el mayoral de la cuadrilla para que él les ajustara. Esto de mayoral y cuadrilla son oficios que ya se han acabado. Las máquinas todo lo han cambiado en la siega y en un montón de oficios, Gracias a Dios pues aquellos trabajos eran inhumanos.

Mi abuelo fue mayoral de los gallegos muchos años. Segaban sobre todo en tierra de mulas, que son los pueblos que hay del Campo de Peñaranda para arriba. Por cierto, me consta que no eran bien tratados. Pero había que ganarse el pan y los gallegos siempre se lo han sabido ganar porque han demostrado que son gente muy sacrificada, muy duros y muy listos. Y lo están demostrando en esta era de libertad democrática que se mantienen en primera línea sean de la tendencia que sean.
Buscar en la historia y encontrareis gallegos tanto en la izquierda como en la derecha, siempre en primera línea.
Y ya en Castilla demostraron ser duros segando, durmiendo en las tierras y comiendo mal; porque mal les trataron, pero aguantaron.

Rosalía de Castro en sus versos lo contó tal y como ella lo vio

Castellanos de Castilla
tratad bien a los gallegos
que cuando van, van como rosas
cuando vienen, vienen como negros.
A Castilla fueron a por pan
y jaramagos les dieron
dieron le hiel por bebida
penitas por alimento.

Dieronle en fin cuanto amargo
tiene la vida en su seno
¡Castellanos, castellanos!
tenéis corazón de hierro.

Voy a contar una anécdota que mi abuelo me contó. Las cuadrillas de gallegos, también traían un rapaz con ellos que era el que les iba asistir. Pues una de estas cuadrillas, segaba en un pueblo que tenía una Ermita dedicada a San Roque. Que estaba situada en un prado donde la gente llevaba a pastar el ganado.

¡Y aquí vienen los hechos o la picaresca! El rapaz gallego les decía a la cuadrilla que le dejaran ir a la ermita de San Roque para que el burro pastara en aquel prado porque allí había muy buena hierba y muy buen trébol. Pero él lo decía en gallego que más o menos era así como yo ahora lo voy a escribir ¡Pues que conste que yo no escribo gallego, aunque hablar sí que lo hablo, por tanto lo escribiré como a mí me suena!
¡El rapaz decía así! Eu quero ire a la irmita do santo Ruquiño que da boa erba e mellor treboliño. ¿Y porque quería ir allí el rapaz? Porque entraba en la Ermita, mojaba el pan en el aceite de las lámparas y así mataba el hambre.
El pobre rapaz sin darse cuenta al mojar el pan en el aceite de las lámparas, dejaba los santos a oscuras. El cura de la capilla estaba muy extrañado de que todos los domingos estuvieran las lámparas apagadas por falta de aceite y le echaba la culpa a las lechuzas. Hasta que un día se escondió y pilló al Rapaz mojando el pan en el aceite de las lámparas y se descubrió el secreto que tan preocupado tenia al cura.

Los gallegos eran muy mal tratados por los ricos Castellanos ya lo he dicho como lo dijo la poetisa gallega Rosalía de Castro. Y eso que hacían un trabajo duro como es la siega. Pero entonces los ricos Castellanos eran desconsiderados con todos los que ellos creían inferiores, fueran de donde fueran, pues yo me acuerdo estar trabajando en alguna casa de un pueblo cerca de Villoria y tener que dormir en el pajar o en el establo con el ganado, cuando tenían camas con colchón de lana vacías.
Por eso nadie como Rosalía de Castro contó en sus versos lo tiranos que eran entonces los ricos castellanos y lo siguieron siendo hasta mediado el siglo XX cuando la agricultura empezó a perder peso con respecto a la industria y la gente emigró a las zonas donde se montó la industria. De lo que sabemos mucho los de Villoria, que salimos para nunca más volver a nuestros pueblos y estoy seguro que muchos tienen que contar cosas como lo hicieron en aquel tiempo los gallegos.

Creo saber de algún hijo de Villoria que murió en la indigencia, en esa emigración forzada, clamando por su pueblo y renegando por haberlo dejado. Pensando que allí donde se iban le iban a tratar mejor y le pasó como a los gallegos, que tuvieron que sudar mucho para abrirse camino para ganarse el pan y muchos dejaron su vida lejos del sitio que les vio nacer.
Nosotros los de la generación mía, le echábamos la culpa a la dictadura como causa de la miseria y la emigración y en parte teníamos razón. Pero pasado el tiempo otra vez, hemos sabido que los ricos Castellanos no defendieron a sus gentes y se fueron a invertir a otras tierras los dineros que habían juntado a costa del trabajo de los pobres ¡Maldito dinero que no tienes alma!

¿POR QUÉ SOMOS ASI?

Como es la vida ¿Y cómo se va?
Es como un papel que vuela libre
empujado por una fuerza invisible
sin saber dónde va aparar
pero se va ¡Increíble!

Hombre, que rueda y rueda
hasta el final.
Llora cuando el dolor le azota
humano, vanidoso, mortal.
Te crees mucho y al final no eres na.

Tú que tienes el dinero que mueve el mundo.
Piensa que al final es inmundo.
Que convierte al hombre en simple paja
y que es cruel, inhumano
y por el asta se mata.

Los hombres lo veneran ya se ha visto,
no miran el sacrificio que cuesta ser limpio,
compran con él, lo humano, lo divino.
Y no piensan que a todos
al final se les acaba el camino.

Como me gustaría ver el pasado
de aquellos pobres y duros segadores.
Que Rosalía cantó y contó
de sus amargos sudores
¡Qué duro es ver como lloran los pobres sus dolores!

No importa que el tiempo haya pasado
siguen inhumanos los que mueven el dinero.
Antes explotaban a los pobres segadores
ahora son víctimas de ellos,
los trabajadores.

SIGI
Sigifredo Maria

Salir de la versión móvil