Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

MIRANDO AL MAR


Las gaviotas vuelan siguiendo los pequeños pesqueros, esperando que en su estela se levanten pequeños pececillos para llevárselos a sus insaciables y carroñeros buches
Estoy sentado en mi balcón mirando a la lejanía, El mar se empequeñece porque una espesa niebla lo cubre todo, parece que la tierra flotara, solo mi balcón parece un sitio fijo donde todo se sujeta, cielo y tierra, todo se confunde. Las gaviotas vuelan y graznan cual cuervos en los días fríos de invierno en las tierras de catilla ¡Mi tierra querida!

Pero como pasa siempre que llueve descampa y este día no iba a ser diferente. Se disipa la niebla y poco a poco la tierra se hace tierra y el mar, mar y los pájaros vuelan buscando su árbol o el alero del tejado, o el agua del mar, del inmenso mar. Las gaviotas vuelan siguiendo los pequeños pesqueros, esperando que en su estela se levanten pequeños pececillos para llevárselos a sus insaciables y carroñeros buches ¡Que habilidad tienen las gaviotas! ¡Como pillan en el aire lo que los pescadores al limpiar el pescado lanzan al mar!

Ahora el día es claro, ya se divisa la costa, los acantilados se hacen más altos, mas bruscos, mas escabroso, el mar los azota cuando rompen sus bravas olas contra ellos dejando su blanca espuma esparcida en todo lo alto. Parecen pompas de jabón hasta que el aire las explota dejando todo manchado de sal marina pegada a las escabrosas rocas. Allí donde se paran los agiles Cormoranes, vigilando el paso de sus presas para llenar, sus insaciables buches.

Ya está entrando la mañana, el mar parece que se ha tomado un respiro, la calma reina e invita a que los pequeños barcos pesqueros se preparen para salir a su tarea ¿Que se llama pesca de cercanía? Yo les miro salir todos con su proa cara alta mar, donde estarán todo el día y la noche, buscando el banco de pescado con el que llenaran sus bodegas. Para volver al ponerse el sol del día siguiente, con su pescado fresco, que se venderá en las plazas de toda España
.
Mirando cómo se alejan es como si flotaran en el mar, les voy perdiendo de vista, primero uno, luego otro, todos desaparecen parece como si el mar se los fuera tragando uno a uno ¡Que vida más dura, solo agua y cielo y nada donde agarrarse! Y todo para coger ese pescado, con el cual sacaran para alimentar a sus familias si ellos vuelven a puerto, que por desgracia hay veces, que ni vivos, ni muertos vuelven.

Ahora ya está el sol subiendo por encima de los tejados y ese sol que da de espaldas se refleja en el mar, por eso se ve a la lejanía. El mar parece una valsa de aceite, es el momento para que unos cuantos barquitos veleros desplieguen sus velas para disfrutar del hermoso día. Van y vienen sin salirse de la mansa y hermosa Ría, pues mas allá, donde van los pesqueros es muy peligroso para ellos. Solo marineros expertos se atreven a surcar el bravo Atlántico.

Yo sigo mirando a lo lejos del mar, la distancia en el mar te confunde, todo parece estar cerca cuando miras. Sin embargo todo está lejos porque se ve plano, no hay montañas, solo las bravas olas se dejan ver cuando elevan los barcos a su cresta, para luego hacerlos desaparecer como si se los tragara el mar. ¡Los mueve como si fueran simples cascaras de nuez! Por el día y por la noche el mar no deja de moverse, los marineros muchas veces tienen que trabajan atados, por el día para poder trabajar en cubierta, por la noche para poder dormir y no caer de sus litera. ¡Trabajo muy duro el de los pescadores!.

El día siguiente ha clareado mucho, por eso se ve lejos, muy lejos. Se ven las islas Cíes, en la bocana de la Ría de Vigo, Estas islas que son patrimonio de la humanidad, en estas islas, está la más hermosa playa de España reconocida por la Unesco. ¡Hoy se las ve más cerca, parece que el hermoso día las hubiera acercado más a la ciudad! Los quince o veinte Km. que hay hasta el puerto de Vigo hoy parece, que si tiraras una piedra llegarías a ellas. Por eso digo que el mar engaña mucho cuando esta manso te dan ganas de tumbarte en el, pero cuando esta bravo, espanta, asusta y te vas lejos para que sus olas no te pillen.

Con esta claridad, miro para ver más lejos. De pronto una pequeña silueta se divisa allá en la lejanía, es pequeñito, muy pequeñito, pero sigo mirando pues como el sol me da en la espalda es más fácil ver más lejos. Por eso se ve, que aquello que viene, crece y crece, pero como no es la primera vez que yo veo esto no me extraña aquel cambio. Pues aquella pequeña silueta que a lo lejos se veía, ahora que se ha cerca se ha convirtiendo en un monstro,

!Ya surca la Ría! La pequeña silueta que se veía halla en la lejanía. Ahora en la Ría se ha convertido en un hermoso edificio, de más de trescientos metros de largo o eslora, con diez o doce pisos de altura que flota llenando de colorido todo a su paso, Los pasajeros miran desde Babor y Estribor las orillas de la Ría y de ella sus hermosas playas de arena blanca repletas de bañistas. Los pasajeros esperando desembarcar para pasear por la ciudad y el entorno que puebla la inmensa población de Vigo.

Ahora el puerto se ha convertido en una torre de Babel, donde se hoyen cantidad de lenguas diferentes, parece que nadie se entendiera, sin embargo pasean juntos durante todo el día, llenando de colorido la ciudad para alegría de los comerciantes,

El día se ha hecho corto, ahora los pasajeros vuelven al barco. Ho a la torre de Babel. Ya se va quedando la ciudad sin la alegría que trae el forastero, Grades filas de rubios y morenos suben al barco, que en poco tiempo pondrá rumbo por donde entro y así perderse de vista, ahora dando la Popa al Sol que parece que le siguiera, para ocultarse. Sol y Barco los dos a la vez, en la inmensidad del mar.

Es la hora de que los pequeños pesqueros vuelvan unos cargados y otros no, pues el trabajo de pescar es de suerte unos días más, otros menos, pero todos con suerte vuelven con su carga al anochecer para subastar su pescado en la Lonja de esa forma tan original, Pues empiezan la subasta de más a menos hasta que uno, o una diga para mí.
Al contrario que las subastas de cuadros que va de menos a más, hasta que el más rico se lo queda.
Del pescado se hacen poca gente rico y por desgracia es un trabajo muy pero muy sacrificado.

BARQUITO PESQUERO

Que en las noches de luna clara,
eres silueta en el mar,
y te siguen los delfines
amigos de marineros,
en la inmensa soledad.

De espuma blanca con sal,
se peinan en ti las olas,
con gracia de enamorar,
se miran unas a otras,
te abrazan y luego se van.

¡Qué buena estrella te guíe!,
golondrina de la mar,
eres juguete del viento,
dejas tu estela y te vas.

Pescadores, pescadores.

Embajadores del mundo,
rosas del mejor rosal,
vais entre el cielo y la tierra,
unos buscando aventuras,
otros a ganarse el pan.

Todos con la tez morena,
lanzan un beso y se van,
¡pescadores,…pescadores!!..
que la rosa de los vientos,
os devuelva a vuestro hogar,
¡ pescadores,…pescadores !!,…
golondrinas sois del mar.

Sigifredo Maria Cascón

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