Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

COSAS QUE SUCEDIERON


La mujer de la historia es mayorcita y muy lucida y lo pongo con su permiso, porque nos llevamos muy bien
¡¡ Vamos a ver como enredo yo este capitulo. !!

No quería sacarlo a la palestra, pero como en esta vida hay que estar preparado para todo, allí voy con todas consecuencias.

Entiendo que no voy a dar a gusto a todos, pero soy coherente con lo que escribo y como nadie tenemos derecho a secuestrar la libertad de expresión a nadie, porque para eso estamos en democracia, aunque todavía algunos tienen nostalgia de la maldita dictadura.

Yo me he considerado siempre socialista, esto lo sabe todo el mundo que me conoce, me gusta el socialismo de acercamiento. Quizás este obsoleto o pasado de rosca o quizás ambiguo, pero es lo que toda la vida he sentido y moriré con el. Pero ojo respetando a comunistas «peperos» y más partidos, porque si no, no sería un demócrata.

Yo siempre he dicho que los señores del PP no piensan como nosotros, ni nosotros como ellos, y entiendo que tienen más caché que los socialistas. Se ponen el traje y la corbata y están como pinceles y si no que se lo digan al señor Camps, presidente de la Comunidad de Valencia, que cuidado el tiempo que lleva la oposición sermoneando con los putos trajes, que yo no encuentro tanto delito, porque hay otras cosas más importantes que pueden pasar al olvido. Pero lo mismo de un partido como de otro, porque los españoles tenemos un derecho a saber quien son los corruptos, y que la pague el que la haga.

Este verano iba de paseo con un amigo que nos queremos mucho y es de derechas, y siempre que andamos sale la política a relucir, pero yo no estoy en su barco ni el en el mío y me dice, si hubiera a ahora elecciones votarías a los socialistas? Que están hundiendo al país con un gobierno de mequetrefes que no saben por donde se andan, habiendo cada vez más paro.

Yo le conteste sin pensarlo, no lo dudes los votaría y eso que son los culpables de todos los males que hay en España, diciendo le claro, para vosotros.

Lo primero que no me gusta saltar de charca en charca como las ranas y me contesto, pues no lo entiendo, una persona social como tú eres. Le conteste, tu crees que con los tuyos tengo algún alternativa fiable para que yo los votara? Si para eso España volviera a la bonanza que hemos tenido lo mismo me sacrificaría por toda la gente que lo pasa mal, pero como los conozco como tu a los tuyos, va a ser que no. Así que nos vamos a quedar cada uno en su puesto. Tu te has ganado un puesto bueno de funcionario, con tu sacrificio, que me alegro, y ahora estáis espotricando porque os han quitado un poquito.

Que tendrían que hacer los que se quedan sin trabajo. Los dos muy tranquilos seguimos andando, porque si no jodemos el paseo y era una pena porque era una mañana preciosa.

Y me dice no te das cuenta con esto del aborto, que se asesinan dos mil niños cada día.

Yo le conteste yo no se de leyes como tu, pero si hay una ley puesta democráticamente habrá que aceptarla. Yo le dije con los miles de niños que mueren todos los años con la maldita hambruna, en el Africa y en muchos más países, que estos niños ya andan, que tienen ojos brazos y pies y miran y no ven nada. Estos si que son asesinatos vivientes. Yo no veo muy bien esa ley que querían poner de chavalas de dieciséis años que abortasen cuando querían. Porque son niñas y nos necesitan a los padres más que nunca, pero cuando son mayorcitas es cuestión de conciencia y te voy a explicar. Te voy a poner un ejemplo.

Hace cincuenta sesenta años, si salía en estado un hija de gente pudiente, iban a abortar a Francia o a Inglaterra, volvían después de dejar el paquete, y no se enteraba ni Jesús del Baile. Y eran las señoritas de misa diaria.

Pero que pasaba con la gente humilde que quedaba en estado, esas criadas que servían a los señoritos, y a ciertos amos de los pueblos, que las engañaban por ignorancia y por mucha necesidad. Pues conozco hijos de esas mujeres que quedaron marcadas para toda su vida, no por malas personas si no porque tenían un hijo no deseado. Esta gente altanera sin escrupulos las humillo, y como tenían que rehacer su vida se casaban con amor o sin el, porque tenían que criar a su hijos, yo podría haber sido uno de ellos.

Maldito sistema, ¡ así que pariente piensa un poco en lo que sucedió!, lo cual no dijo nada, y ahora como estoy metido en esto te voy a contar una historia.:

La mujer de la historia es mayorcita y muy lucida y lo pongo con su permiso, porque nos llevamos muy bien, como dice, mi vida es mía y no quisiera que a nadie le pasara lo que me paso a mí.

Después de terminar la guerra me toco ir a servir, somos tres hermanos de una familia humilde, tenía diecisiete años yo estaba en mis verdores, era alta y guapa y fui a servir a casa de un medico que estaba casado. Tenían un niño y entre para las tareas de casa y para cuidar del niño. Entonces a las criadas nos llamaban marmotas, yo creo que esta palabra sería para humillarnos y la sacaría algún cabronazo.

Nos ponían en la cabeza una cofia con el uniforme blanco, yo creo que para distinguir al ama de la criada, me decía mi amiga. Anda que no me echaban piropos por La Alamedilla, sabía mover mi cuerpo, era joven y feliz, porque me trataban como de casa, la señora era muy buena y el señor también. Pero cuando llevaba seis meses trabajando en la casa el señorito me hacía algún regalo, me miraba con ojos como si nos conociéramos de siempre. Y yo me estaba dando cuenta que me gustaba que me mirase de esa manera. Me hablaba muy dulcemente y con mucha delicadeza y yo veía que podía caer en sus garras. También pensaba en su mujer el niño y mi familia, me creía que era una mujer y lo único que era, era una niña ilusionada donde no veía más haya de los ojos. Quería decir se lo a mis padres que me iba a salir de la casa, porque me encontraba muy atrapada y no sabía por donde salir, pero con que argumentos se lo decía. Que me estaba enamorando del señorito, no podía decir se lo por que si no me mataba mi padre, que era un hombre duro y con mucha honrradez. Así que sucedió lo que tenía que suceder, yo estaba ilusionada, intente esquivar pero no pude, total que quede en estado, se me vino el mundo abajo, como se lo decía a los padres, no tenía esa fuerza, porque mi padre no me iba a admitir y encima estaban los chismes del pueblo, que me verían como a una prostituta.

Ahora el problema era como se lo contaba al señorito, pero su cara le estaba delatando y la señora un día me dijo, que te pasa hija, no estas a gusto con nosotros, porque hablas muy poco con lo alegre que eras y hasta tienes mala cara. Ya llegue a los tres meses y se lo conté al señorito, que no se inmuto, diciendo me entre otras cosas que me daba el dinero y arreglaría las gestiones para ir abortar a Francia. Sentí en mi cuerpo un odio hacia ese señor, tan educado que me dijera estas palabras, diciendo me que tenía que ser lo antes posible, pero que no se enterase su señora.

Se me vino el mundo abajo, diciendome que en ocho días tenía que abandonar la casa, veía que me estaba ahogando así que se lo conté a mí madre.

Llorando las dos sin consuelo, pero me dijo tu no tienes que ir a abortar a ningún sitio. Te vas a ir a las Baleares, a casa de mi hermana que tenía un pequeño restaurant, porque tu padre no te va a dejar entrar en casa, como así sucedió, entre otras cosas.

Así que me marche para allá, tuve a mi hijo que me lo cuido mi tía y yo me puse a trabajar. Mi madre me iba a ver cuando podía, diciendo me que tu padre estaba sufriendo, pero no daba el brazo a torcer. Con ese dolor de una madre, de que una hija no puede volver a casa. Así que me contó que a los dos años de estar allí, conoció a un chico que era de cerca su pueblo. Y nos enamoramos empezando a salir, queriendo a mi hijo como si fuera suyo, porque éramos muy felices. Pero se me trunco un poco mi vida, así que un mal día mi padre que estaba sufriendo en silencio, tuvo un accidente, que dándose en una silla de ruedas y viendo sufrir tanto a mi madre por lo sucedido, le plantee a mi novio venirnos para el pueblo, vasta que mis hermanos se habían casado fuera. Y así sucedió.

Estaba deseando de abrazar a aquel hombre derrumbado, con las lágrimas en los ojos nos abrazamos mi hijo y yo, al abuelo. Diciendo, perdonadme el mal que os he hecho.
Esta amiga cuido a sus padres siendo muy felices hasta el final de sus días. Teniendo una hija con su marido…………..

Aquí termino una pincelada de esta historia que no quería sacarla a relucir, porque entonces, sucedieron muchas historias de estas que pasaron al olvido, por personas inocentes sin estudios y necesidades y la ignorancia de aquella vida. Porque a los pobres solo los tenían para tener hijos, para trabajar sufrir en silencio, por aquellos hombres duros que la palabra y la honrradez les llevaban muchas veces a cosas como esta que he contado, que sufrían en silencio y no daban el brazo a torcer. Gracias amiga por tu valentía.

ALFONSO » EL PINDOQUE «

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