Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

A BERNARDO: AMIGO Y MAESTRO.


La huella de tu andadura por el viaje de tu vida no la borrará el polvo del camino.
Este nuevo año acaba de comenzar y tenemos por delante nuevos momentos y nuevas tareas. Bernardo, aunque ha pasado un año, sigues vivo entre nosotros, te seguimos recordando y echando de menos. Sé que estoy en deuda contigo y te debo unas palabras por tantas veces que me pediste que escribiese algún artículo; hoy ese artículo es para ti.

Un amigo tan especial que no hay palabras para expresarlo y, sobre todo, cuando no te has podido despedir como deseabas, quedan un montón de tiernos recuerdos que perdurarán y son tantos los momentos vividos en coincidencia.
Si mirases hoy hacia atrás seguro que encontrarías esas pequeñas pero grandiosas cosas de la vida de las que deberías sentirte orgulloso y satisfecho, haber hecho sonreír a algún amigo o persona que lo necesitase, haber ayudado a quien lo precisaba ,haber conocido a tantas y diferentes personas, el sentimiento de estar al servicio de los demás y de trabajar a diario junto con tus compañeros de la comunidad de Babilafuente con los que hoy nos acompañan y con todos los que compartieron sus días también con nosotros, para que nuestros pueblos crecieran humanamente y no perdieran dinamismo y vida, profundizando en la igualdad de oportunidades y en la calidad de vida especialmente en lo social, cultural, y en la solidaridad, tendiendo la mano para colaborar y dar respuesta a las necesidades de las personas y luchando por el desarrollo rural, a pesar de la dureza de esta tarea , de las dificultades que presenta el mundo de los pueblos y el saber que el ser humano no es una botella que hay que llenar sino un fuego que es preciso encender, animándonos a caminar por el sendero de la educación permanente, a lo largo de toda la vida , en favor de un estilo marcado por el desarrollo integro de la persona y la convivencia comunitaria siempre con diálogo, escuchando y respetando la forma de ser, de actuar, de opinar de los demás porque como decías todos nos complementamos y enriquecemos mutuamente.

Este nuevo día ,como cada despertar , el anhelo de justicia social e igualdad, de ética y moral crece más y más en el mundo interior de todos aquellos que desean como tú un reparto más justo de los bienes disponibles, por eso hacen faltan muchos «Bernardos».
La huella de tu andadura por el viaje de tu vida no la borrará el polvo del camino, tu seguiste la de Jesús y la de muchos otros grandes personajes como la de Ghandi en su última plegaria:¡oh hombre! no descanses; procura descanso a los demás, por eso estás entre los grandes y no deberíamos olvidar que tendríamos que seguir la semilla que también sembraste por el camino de los valores y derechos humanos, que se riegan a diario, y al igual que tú, sembrando alegría donde haya tristeza, donde haya discordia sembrar ilusión, donde haya ofensa poner perdón, donde haya tinieblas dar luz.
No olvido esa voz amiga pero sobre todo esas palabras: «siempre serenidad, que se puede con todo sin cesar en la búsqueda emprendida, porque una alegría se descompensa con una tristeza , pero una tristeza se compensa con una alegría».
Gracias por esa esencia Bernardo, amigo, maestro.

Manoli Chamoso

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