Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

HASTA EL PRÓXIMO AÑO


Terminaron las fiestas de la Virgen de la Vega de Septiembre de 2012.
Unas fiestas que venían marcadas por la crisis y por el recorte presupuestario. Con todo y ello podemos decir que no han estado mal. Y es que no hacen falta grandes orquestas ni fastuosos actos para divertirse. La diversión la lleva uno por dentro.

El prólogo festivo corrió a cargo de la semana cultural. Semana en la que hubo una serie de actividades del agrado del público y que fue abriendo boca – y nunca mejor dicho- a una fiestas claramente marcadas por el tema gastronómico: La cena de la carne de las vacas como colofón, el convite municipal, las innumerables cenas, meriendas e incluso comidas que se meten entre pecho y espalda las peñas en plan confraternidad, la ya tradicional chanfaina de la Marquesa de Bonal tras el primer encierro, amén de aperitivos a mediodía y, este año, los desayunos más tempraneros-o cenas tardías- que han disfrutado la gente más joven al finalizar las verbenas gracias a las casetas instaladas en la plaza y que este año han sido unas de las novedades de la fiesta .

Así, bien comidos , mejor bebidos y con el cuerpo con ganas de juerga para olvidar penas, aunque fuera solo por unos días, la gente se ha echado a la calle para disfrutar de unas estupendas noches de primeros de septiembre que ya quisieran para sí muchos de los pueblos que celebran sus fiestas en plena temporada estival. Discotecas móviles-otra de las novedades por la cantidad- y un par de orquestas llenaron de música unas veces y de ruido otras las horas nocturnas de nuestras fiestas.

Mucha gente, pero que mucha, el sábado día ocho. Hacía mucho tiempo que no veíamos la plaza así de «abarrotá». La coincidencia en sábado, una orquesta decente y con ganas de hacer bailar al personal , en cierta medida la presencia de las casetas, las ganas de juerga de la gente y, sobre todo, ese espléndido tiempo del que antes hablábamos, han hecho posible que saliera una noche casi redonda-siempre hay algún pero- en el cual no vamos a entrar. Este año también las peñas han hecho acto de presencia en las verbenas bastante antes de lo que nos tienen acostumbrados, lo que es de agradecer porque su presencia es imprescindible para dar colorido y ambiente.

Por lo demás, señalar que para ir a las verbenas parece que va siendo necesario ensayar a lo largo del año tres o cuatro coreografías en plan Polvorete, Coyote Dax o la de turno de ese año si no quieres estar fuera de juego y, por supuesto, bebida, mucha bebida en el plan que a uno más le apetezca, litros de bebida, aun cuando esto suponga que al final de la noche algunos rincones de nuestras calles sean los receptores del agüita amarilla que, en algunos casos, corría calle abajo con más caudal que el regato del Cachón, y eso que se habían instalado urinarios públicos- otra de las novedades- en la plaza, pero parece ser que no se trata sólo de evacuar en el momento oportuno, sino de que a «eso» le de el aire.

Como siempre suele ocurrir habrá gustos para todo. Para algunos habrán estado bien, para otros mal y para otros ni fu ni fa. Dar gusto a todos es tarea muy difícil, por no decir imposible. Hemos visto a la comisión de festejos trabajando duro, con nuestro alcalde y concejales a la cabeza. Independientemente de estar o no de acuerdo con los planteamientos del programa es justo reconocer que han estado dónde y cuando tenían que estar. Enhorabuena para ellos y para todos los villorejos que hemos disfrutado de estas fiestas. Hasta el próximo año.

¡¡¡VIVA LA VIRGEN DE LA VEGA!!!. ¡¡¡VIVA VILLORIA!!!

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