Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

EL RINCÓN DE LA POESÍA


Así es la vida…
Estoy sentado en mi balcón observando como la gente va y viene. Son como autómatas, parece que nadie siguiera un rumbo fijo, sin embargo todos van deprisa, como persiguiendo algo que no pueden alcanzar. Un poco mas adelante, veo un grupo de gente, quizás desocupados, que sestean en un banco como esperando que el tiempo que les sobra pase. ¡Pura contradicción de esta vida! Lo que a unos les sobra, a otros parece que les falta y estos van corriendo tras ese tiempo para llegar o a su destino, o quizás a ningún sitio. ¡Qué vida ésta!!…. siempre se dijo: ¡unos tanto y otros tan poco!. Hasta el tiempo, que es de todos por igual, no nos sirve para lo mismo.

Yo observaba desde mi pequeña atalaya el espacio y también veía como unos pequeños pajarillos bajaban de la repisa de un edificio y se mezclaban entre la gente buscando, no sé si su alimento o algo para hacer su nido. No les importaba la gente, ni sus prisas, ni sus bostezos, no les importaba nada, ellos bajaban y subían siempre con algo en sus picos, que introducían en un pequeño agujero que había en el edificio de enfrente. Yo comparaba, los pájaros con la gente y me decía: «Si estas personas se fijaran en como viven estos pajarillos despreocupados, libres, sin prisas, seguro que a muchos les gustaría ser simples pajarillos, para disfrutar de la vida, de la libertad, para acabar con las prisas, para acabar con la marginal desocupación». Y me preguntaba: ¿Por qué los hombres con todo a nuestro favor vivimos esclavos de nuestra forma de vivir? ¿Por qué somos menos libres que un simple pajarillo? Hay tantos porqués que es imposible que de con ese porque, pero es posible, que cualquiera en su intimidad pueda tener la respuesta que yo me planteo pero por miedo o por no querer meter la pata, ahora que escribo, me lo reservo.

Estamos viviendo unos días convulsos, mucha gente se concentra en plazas y calles de toda España pidiendo que cambien las cosas y acabar con la marginación o con las prisas. Les han puesto un nombre «los Indignados», también les podrían llamar «los Cabreados con sus semejantes», porque si están así es porque otros lo provocan. Gente esa, que ni le interesa ni le preocupa los problemas de los demás. El «yo primero» es lo que prima para ellos, es una élite de privilegiados que muchas veces van pregonando libertad y solidaridad, casi siempre con la boca pequeña.

Estoy viendo y escuchando a un canario enjaulado colgado en un balcón. Canta sin cesar y pienso en la libertad y me pregunto ¿por que cantará si esta preso? A lo mejor lo que yo creo que es un canto, no es más que un lamento. Todo es una contradicción, pero esta ahí cantando o llorando porque cayó en la mano del hombre que todo lo hace a su medida, que no pregunta cuando hace, si lo que hace está bien o está mal y sin embargo, sí protesta, cuando lo que a él le pasa le parece injusto. Luchemos por un mundo mejor para que no tengamos que envidiar a los pequeños pajarillos.

ESCUCHA HOMBRE, ESCUCHA.

La voz que grita en la lejanía
¿Quién la escucha?
Se pierde en el aire con su eco
Donde el sentimiento no existe
Donde el espacio, es tan grande,
que todo tiene sitio.

Debíamos volar
como vuelan los pensamientos
Y poder escribir en el azul espacio
Con letras de color consuelo,
con fuerte acento, lo que yo de ti pienso

Para que viéramos sin velo
que todos somos iguales
En la tierra y en el cielo
Y así nadie se encontrara
Arrastrado al abismo sin consuelo.

Y esas letras lanzadas al viento
Como un pensamiento llegaran a algún sitio
Aunque fuera desconocido
Y allí tuvieran algún sentido

Que nada de lo hecho quedara perdido
En el infinito e inmenso techo,
No pases por la vida sacando pecho
Si crees que el otro es más pequeño
Cruel eres si lo pisas sin arrugar tú el ceño

Tú tampoco eres nada
Aunque pienses diferente
Y si das por buenos tus hechos
Estoy seguro de que tienes manías de poseso.

Ogro de la sociedad moderna
Que no mira al resto
Compites sin piedad
Y lo natural deshechas

Vas prendiendo fuego a la mecha
Y solo eres como un cohete de fiesta
Que a los hombres tranquilos
En sus casas les molesta, les despierta.

A ellos no les importa nada
Los murmullos de tu verbena,
Cuando están en su morada,
Tu prepotencia, les corroe la conciencia.

Cambia, que la vida es hermosa
Que tu orgullo ningún bien aporta
Que los hombres son lo más
Son amor son vida y la vida es corta..

PARA BESANA
De Sigifredo María

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