Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

EL RINCÓN DE LA POESÍA

Federico García Lorca, el poeta español más leído de todos los tiempos.

El nacimiento y la muerte de Federico García Lorca coinciden con dos hechos trágicos de la historia de España: nace en 1898, año en que se produce el desastre colonial español con la pérdida de Cuba y Filipinas, y muere en 1936, fusilado al comienzo de la Guerra Civil española. Entre ambas fechas transcurre una magistral y ya mítica obra literaria donde, no podía ser de otra forma, la muerte y el destino trágico de la vida son los protagonistas.Quienes apretaron el gatillo contra García Lorca aquella nefasta noche del 18 al 19 de agosto de 1936 sin duda no pensaron que en aquel preciso instante estaban matando a un genio y, a la vez, creando un auténtico mito universal para las generaciones futuras. Federico García Lorca es la figura literaria más conocida, estudiada y admirada de las letras castellanas del siglo XX. Por su extraordinaria versatilidad creadora, destaca en los campos de la poesía, el teatro, la música y las artes plásticas.
Nació el 5 de junio de 1898 en Fuente Vaqueros, provincia de Granada; hijo de Federico García Rodríguez y de Vicenta Lorca Romero. Fue el mayor de cuatro hermanos: Francisco, Concha e Isabel.
Compaginó el bachillerato con estudios de música de piano y guitarra. Llegó a la Universidad de Granada para estudiar Derecho y también se matriculó en los estudios que realmente le interesaban, Filosofía y Letras, para conocer el dibujo, la pintura, la poesía, la lectura de los románticos españoles del XIX y de los escritores modernos de Latinoamérica y de otros autores como Shakespeare y los poetas simbolistas franceses, el teatro clásico de España y Grecia. Entre 1919 y 1928 se instala en la Residencia de Estudiantes de Madrid y comienza su carrera literaria, dubitativa y con varios fracasos al comienzo, y concienzuda y triunfal en cuanto dejó salir al genio que llevaba dentro.
Conoció a Luis Buñuel, Salvador Dalí, Emilio Prados, Pedro Salinas, Manuel de Falla…
Pero no todo el mundo comprendía la profundidad y magnitud de la obra de Lorca y muchos le volvieron la espalda, profesional y sentimentalmente. Por eso salió de España y se instaló en Nueva York en 1929. Allí escribe «Poeta en Nueva York» y partes de lo que denominó «Teatro Imposible», innovador y vanguardista, influido por las técnicas surrealistas e imposible de poner en escena. Estas obras reflejan las crisis literaria y de identidad homosexual de Lorca.
Al comienzo de la década de los treinta, las obras teatrales de Lorca arrasan en los escenarios de medio mundo: «Bodas de Sangre», «Yerma», «Mariana Pineda», etc.
El mismo año de su muerte escribió su obra más universal, «La Casa del Bernarda Alba», que no se estrenó hasta 1945 en Buenos Aires. En España no fue representada hasta 1964. Su trágica muerte cortó de raíz una inmensa carrera literaria, pero sus obras escritas anteriormente ya eran inmortales. Nada ni nadie, ni guerras ni dictaduras, podrían parar la belleza, la armonía y el sentimiento de obras como el «Poema del Cante Jondo», «Romancero Gitano», «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías», «Diván del Tamarit» y un largo etcétera.
Hoy en día Federico García Lorca se reconoce como el poeta español más leído de todos los tiempos. En su poesía se observan los temas constantes de la muerte, el sexo y el destino trágico. Estos temas universales las expresa mediante las formas poéticas tradicionales, especialmente el romance. Lorca siempre buscó expresar lo universal a través de los particular, de personajes de carne y hueso que nacen, viven y mueren con los pies sobre la tierra.

Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Cogida y Muerte.

A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.

El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones del bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro, solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde,
cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en punto de la tarde.

Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!

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