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SE CIERRA UN CICLO. ¿PUNTO Y SEGUIDO O PUNTO FINAL?

Este sábado, 10 de Noviembre, el Club de pelota las Villas ha puesto el broche final a los actos que viene realizando a lo largo del año con motivo de la celebración de los 25 años de su fundación.

La Diputación de Salamanca, representada por el diputado de educación y deporte Jesús María Ortiz, Ayuntamiento de Villoria, con su alcalde y diputado de cultura Julián Barrera al frente y el presidente de la Federación de Pelota de Castilla y León Roberto Fernández, presidieron la comida de confraternidad que celebraron los socios del club.

Como ya habíamos publicado con anterioridad, en ella se entregaron unas placas conmemorativas a los socios más antiguos del club, así como a las empresas colaboradoras y a las administraciones que han dado su apoyo a lo largo de todos estos años. Diputación y Ayuntamiento correspondieron con el club con la entrega de un trofeo y la bandera del pueblo, respectivamente.

Con las palabras de rigor del presidente del club y autoridades presentes llegó el momento de los anuncios y de las promesas. Jesús María Ortiz se comprometió a hacer todo lo posible para que la próxima temporada el club recibiera más ayudas por parte de la Diputación. También adelantó que en la próxima gala del deporte que se celebrará el día 30 de este mes el Club de Pelota las Villas tendrá algún tipo de reconocimiento por su trayectoria. Por su parte, el presidente de la Federación de Pelota de Castilla y León hará las gestiones oportunas para que Villoria sea la sede de las próximas finales del campeonato nacional de pelota de aficionados.

Y dejamos para el final lo que nosotros consideramos más importante. El anuncio de Esteban Hernández de dejar la presidencia tras todos estos años al frente del club. Tantos años de lucha y de estar al pie del cañón acaban pasando factura. Orgulloso puede estar de su labor, se va con la cabeza alta y la satisfacción del deber cumplido con constancia, con trabajo y sobre todo, con honradez, palabra que hoy por hoy se vende muy cara. Ahora quiere dedicar más tiempo a su familia y, sobre todo, a su mujer, Toñi, cómplice paciente, silenciosa y generosa con todos aquellos que visitaban su casa, a la postre sede del club.

Sufridora como otras muchas mujeres relacionadas de manera anónima con el club a través de sus maridos, hijos o compañeros y que nunca han recibido ningún premio por esa labor sorda y abnegada de apoyo desinteresado. Valiente gesto el que tuvo María Jesús, mujer de Lucio quien, micrófono en mano, reivindicó ante todos este papel hasta ahora nunca reconocido. Vaya desde aquí nuestro pequeño homenaje a todas esas mujeres por su apoyo.

Se acaba aquí un ciclo y es de desear que comience otro tan fructífero como el ya pasado. Esperamos que este acto sea un punto y seguido y no un punto final. Un club como este tiene que seguir adelante, por el bien del deporte en general y por nuestro pueblo en particular.

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