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REFELEXION SOBRE LA CELEBRACION Y LA FE por Borja Jordán de Urríes

Esta reflexión me ha venido a la cabeza al leer el título de un artículo titulado «Bendita Virgen de la Vega», que por cierto me ha gustado bastante por ser emotivo. Repito que es solo el título lo que me ha llevado a esta reflexión. Lo hago tras unas fiestas geniales en las que muchas veces he oído gritar ¡¡¡Viva la Virgen de la Vega!!!

En Villoria, como por otro lado ocurre en muchos otros sitios, somos muy dados a la devoción a la Virgen de la Vega y la participación en momentos especiales del folclore popular, como el día de nuestra patrona. Ese tipo de días la iglesia está llena e incluso con jóvenes.

Igualmente tenemos una Cofradía que celebra sus actividades, misas y actos que adornan con velas, palio, estolas y otros complementos.

Sin embargo, ¿somos realmente creyentes? Entiendo que considerarnos creyentes  implicaría tener conciencia de COMUNIDAD que comparte su fe. Igualmente, entiendo que eso nos debería llevar a participar, formarnos, celebrar y compartir más allá de los momentos puntuales más folclóricos.

Sin embargo, ha sido un éxito conseguir un proceso de tres años en el que los niños se formen para su comunión, y luego… NADA. No hay inquietud ni implicación de padres para continuar la formación y participación de los niños en su adolescencia. Nadie se implica. Por ello, tampoco tenemos jóvenes que hayan tenido un proceso y una vivencia continuada que les lleve a ser adultos con una FE REFLEXIONADA Y MADURA.

Vivimos en una sociedad y en una época en los que la FE (me refiero a una fe CON MAYÚSCULAS, seria y madura, no a la de las fiestas) NO ESTÁ DE MODA. Probablemente, quienes tratamos de favorecer que eso ocurra NO LO ESTEMOS HACIENDO BIEN, pero la verdad es que cuesta avanzar cuando no ves frutos ni apoyos.

Este año, si Dios quiere, se confirmarán 4 jóvenes en el pueblo. Será en octubre. Nos va a costar un triunfo que hayan podido reunirse varias veces en estos dos últimos años. Lo han hecho en un grupo pequeño, también lleno de carencias, con personas adultas mucho mayores que ellos, lo cual NO ES MOTIVANTE, y por ello tiene mérito. LES CUESTA MUCHO porque no hay otros jóvenes y porque no han seguido un proceso vital en el que hayan podido hacer crecer su fe, mas allá de lo que hayan visto en sus hogares. El grupo de formadores no podemos pedirles mucho más.

Finalizo volviendo al principio y me hago varias preguntas ¿Existe en Villoria una Comunidad de Creyentes? ¿Es nuestra creencia una creencia de imágenes y folclore o una madura y comprometida? ¿Nos implicamos en compartir y crecer en nuestra fe y en formar a nuestros niños y jóvenes?

Mi deseo no es OFENDER A NADIE, simplemente invitar a reflexionar… y si cabe, a actuar en consecuencia.

Un abrazo a quien lo lea.

Borja Jordán de Urríes Vega

 

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