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Sueño que me arrimo a un pozo y me caigo, y quiero despertar y no puedo

LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON


Sueño que me arrimo a un pozo y me caigo, y quiero despertar y no puedo
Como pasa el tiempo, ves que estás a las puertas del silencio, donde poco a poco te van saliendo goteras, que hasta que no te jubilas no conoces a los médicos, pero yo creo que nos pasa a todos.

Hay personas que penosamente solo existen, aunque la ley de la vida es nacer, vivir y morir sin tirar la toalla, porque sería lo peor que podría suceder. Así que como yo digo, ¡hasta que el cuerpo aguante! y me siento un privilegiado, porque soy un soñador y os explico:
«Digamos que en mi cuerpo hay como dos personas, muchas veces se enfrentan hasta que llegan a un consenso y a la postre se lleva a cabo lo más justo sin querer perjudicar a nadie. Llevo desde que me jubilé que lo paso muy mal con los sueños que tengo y eso que duermo bien, pero al levantarme muchas veces me explota la cabeza, me acuerdo mucho del norte, cuando estaba trabajando, pero es que lo hago todo mal. Los azulejos que es lo que más he puesto se me van de las manos y preparo cada chapuza terrible, me despierto sobresaltado, intento dormirme y al rato otra vez al corte, y no término nunca una cocina.

Encima les quito el trabajo a los de allá, con lo poco que hay. Y es a consecuencia de la situación en la que estamos, que nos tratan como si fuéramos tontos diciendo que el país va hacia arriba, será para ellos. Cómo se pueden permitir contratos de un día o dos, que encima los explotan porque está otro a la puerta. Estamos peor que hace 40 años, porque entonces podíamos comprar un piso y pagarlo, ¡es penoso! Así que las cuatro perras que tienes, nos las están robando con impuestos por un lado y por el otro, esto es duro señores, ¡así que a soñar que es de balde!.

El otro día me soñé que habíamos venido de Bilbao y le compré a Herminio una casa a medio hacer, en la calle Comercio, fue a vernos mi padre que le tuve que dar la mano para que subiera las escaleras, que contentos nos pusimos todos porque teníamos trabajo. Dejamos el corte y nos fuimos los tres hermanos a comer a casa de la madre, que felices éramos con nuestros retoños a nuestra vera, comiendo un cocido que nos estaba sabiendo a gloria. De repente me desperté, viendo la realidad de lo que teníamos, me hubiera quedado en el sueño toda mi vida, porque estaba sintiendo un placer inmenso, algo que he perdido.

Otras noches sueño que me arrimo a un pozo y me caigo, y quiero despertar y no puedo.Con los toros es terrible, con lo que me gustan, pero nada que no subo las ventanas del cuartel de los guardias, que me dan cacho cornada que me parece que me matan, me despierto asustado dando la luz a ver si tengo alguna cornada con sangre.

Luego tengo unos cortitos donde soy más joven y me sueño con las chavalas, que me lo paso pipa besándonos, con esa fuerza que te dan los años, que todo es bueno y cuando estoy a punto de coger la liebre voy y me despierto, me hago el tonto a ver si sigo con el sueño, pero ese sueño se ha desvanecido, dándome cuenta que tengo 71 años y tengo a mi mujer al lado.

El 1 de mayo de 2010 escribí mi primer relato «7 años de vacas gordas y 7 de vacas flacas» que van a ser más de lo que nosotros pensábamos. Qué año llevamos por culpa de muchos malditos que carecen de sentimientos y corazón, y ahí están pavoneándose y sacando pecho sin pagar sus delitos y encima se les vota, con las familias destrozadas que hay, que los mayores lo llevamos mejor porque estamos preparados, no siendo el que se quita del medio porque no puede más, viendo que sus hijos lloran porque no tienen casi para desayunar.

En el siglo XXI esto es sangrante y esta gente como si nada y empezando a hacer campañas, porque ya están ahí las elecciones. Traidores que estáis vendiendo a España. Lo que nos tocó levantarla, no me extrañaría que el de la coleta «Podemos» arrase, buscando alternativas, que algunas son buenas y otras no me las creo, mandando al bipartidismo al carajo. Encima viene el tío Mas y nos quiere romper España, porque no les rompe los morros a los Puyoles. Dice el tío Puyol, que parece un gato mareado, que va a devolver la medalla de ciudadano ejemplar, no sería mejor que devolviera el dinero, porque arrepentidos los quiere Dios y quedaría como un caballero y no se hinche, el que la haga que la pague no tire balones fuera que ya nos conocemos todos.

Machado dijo hace años que de diez españoles nueve embisten y uno piensa, yo creo que ustedes los políticos piensan poco.

Llevaba unos cuatro meses sin escribir, yo creo que me estaba haciendo un poco vago y pienso que mientras mis artículos sean leídos no creo que lo deje, dando las gracias a las personas que llevan la besana y a los lectores. Aquí no hay enredos, cuento lo que pienso, que luego me viene muy bien porque como todo es de cabeza y todo el tiempo está creando la memoria no me falla, como me ha dicho mi amiga Amparo, directora del centro de alzhéimer de Salamanca, tu escribe y lee Alfonso que no te entrará ese maldito mal. Así que como yo digo hay que vivir el día a día, minuto a minuto y segundo a segundo. Tiende tu mano al que está en el suelo, no le pises, enséñale a andar que ahí está la gloria.

Un saludo.

ALFONSO «EL PINDOQUE

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