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Debido a la evolución de nuestra fiesta tradicional en los jóvenes, sobre todo en las salidas que hacen al campo el día de la fiesta, les informamos de los orígenes del hornazo en Salamanca.

LUNES DE AGUAS EN SALAMANCA

Debido a la evolución de nuestra fiesta tradicional en los jóvenes, sobre todo en las salidas que hacen al campo el día de la fiesta, les informamos de los orígenes del hornazo en Salamanca.
El lunes siguiente al de Resurrección, la Semana Santa culmina en Salamanca y alrededores con una fiesta de cariz muy diferente al religioso por excelencia que caracteriza estas fechas. Se trata del Lunes de Aguas (este año es el 2 de Mayo), una jornada que los salmantinos celebran en familia saliendo a comer a los parques de la ciudad. La tarde se pasa degustando el hornazo, una empanada cuyo relleno (embutidos y huevo cocido) simboliza el final de la Cuaresma, el tradicional período de cuarenta días durante el cual la Iglesia exigía la abstención de comer carne (los huevos también se consideraban carne).
Lo gracioso del asunto es el origen de esta costumbre. Se remonta al siglo XVI, cuando el joven Felipe II, futuro rey de España, llega a Salamanca para casarse con la princesa María de Portugal y se encuentra una ciudad en la que los ocho mil estudiantes universitarios -y no sólo ellos- llevan una vida nocturna de continua diversión y desenfreno, visitando asiduamente las abundantes casas de mancebía. Una imagen, a ojos del austero hijo de Carlos V, que no cuadra con el prestigio de la Universidad salmantina ni con las fechas sagradas que se viven. Entonces dicta la orden de que cada año el Miércoles de Ceniza, primer día de la Cuaresma, las prostitutas sean trasladadas fuera de la urbe al otro lado del río Tormes, donde deberán permanecer hasta el primer lunes después de Pascua bajo el cuidado y custodia de un clérigo.
Precisamente la figura de este sacerdote, popularmente conocido como Padre Putas, se ha recuperado para los pasacalles folklóricos mediante la figura de un cabezudo rebautizado eufemísticamente como Padre Lucas. Es fácilmente reconocible porque viste chistera y capa charra.

La fiesta actual conmemora el regreso de las meretrices en barcas por el río ante el jolgorio de los hombres en general y de los estudiantes en particular, que las recibían con delirio zambulléndose en el agua y nadando hasta ellas para arrojarlas también. Luego celebraban una fiesta en la ribera con abundante vino y hornazo que ha devenido en la actual.

Ingredientes para la masa (para unas 6-8 personas)

•500 gr. de harina
•200 ml. de agua
•100 ml. de vino blanco
•50 ml. de aceite de oliva
•1 huevo
•25 gr. de manteca de cerdo
•25 gr. de levadura fresca
•5 gr. de azúcar (una cuchara de café)
•10 gr. de sal (dos cucharas de café)
•1/8 de cuchara de café de colorante amarillo
Ingredientes para el relleno
•300-400 gr. de chorizo
•300-400 gr. de filetes de lomo de cerdo adobado (o panceta)
•3 huevos cocidos
Preparación
En primer lugar prepararemos la masa en dos pasos:

1.Mezclamos en un bol con la ayuda de un tenedor 300 gr. de harina con los 200 ml. de agua, los 100 ml. de vino blanco, los 25 gr. de levadura fresca, los 5 gr. de azúcar y el colorante. Cubrimos con papel film y dejamos reposar en la nevera 2-3 horas.
2.Añadimos a la mezcla anterior el resto de la harina (200 gr.), los 50 ml. de aceite de oliva, los 25 gr. de manteca de cerdo derretida, un huevo batido y 10 gr. de sal. Mezclamos ayudándonos de un tenedor y terminamos amasando a mano durante varios minutos. Metemos la masa en un bol que taparemos con papel film y dejamos reposar 1 o 2 horas más en la nevera.
Una vez lista la masa es momento de partirla en 2 y estirar con un rodillo cada una de ellas hasta dejarla con un grosor de unos 3mm. Suficiente como para cubrir una bandeja de unos 30×40 cm.

Disponemos la primera capa sobre una bandeja de horno, sobre ella el relleno y por encima la segunda capa de masa.

Cerramos bien los bordes, untamos la superficie de la capa superior con huevo batido y la pinchamos en varios sitios con un tenedor para que al cocer salga el aire y no quede hueco por dentro.

Metemos la bandeja en un horno precalentado a 200ºC, en el tercio inferior del horno, con calor arriba y abajo durante unos 30 minutos.

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