DERECHO A LA HUELGA Y DERECHO AL TRABAJO

¿Podremos decidir libremente si vamos a la huelga o si vamos a trabajar?
Estamos a una semana de la anunciada huelga general. El próximo miércoles 29 de septiembre está anunciado un paro general para toda España . Mucho es lo que se lleva hablado y mucho lo que se hablará de ella. Nosotros, desde nuestra modestia. también queremos aportar nuestro granito de arena.

Ante la falta de a cuerdos para sacar adelante la reforma laboral, el Gobierno se quedó solo y sacó adelante una ley que no gustaba a nadie: ni a empresarios ni a trabajadores.
Aún así, los mas perjudicados han sido estos últimos, con unas medidas que hubiera firmado con los ojos cerrados hace años cualquier gobierno de derechas

Esta ha sido la gota que ha colmado el vaso y que ha servido para que los sindicatos se hayan puesto en pie guerra contra un gobierno que se ha visto obligado a tomar unas medidas que ni por asomo hubiera adoptado sino hubiera sido porque las circunstancias y la presión internacional le han obligado a ello.

Hasta aquí todo el proceso parece normal. Pero a poco que se profundice el tema surgen una serie de cuestiones. ¿Por qué han esperado hasta ahora los sindicatos? ¿No había motivos suficientes para haberla hecho antes?. ¿Es en realidad una huelga contra el gobierno o es contra los empresarios?.¿ Es el momento oportuno para paralizar un país con una economía que no levanta cabeza.?

El 29 de septiembre están en juego muchas cosas: La firmeza del gobierno ante la presión de los sindicatos, la credibilidad de éstos, cada vez más cuestionados desde diversos sectores de la sociedad y, como siempre en todas las huelgas, la libertad del trabajador a decidir sobre lo que crea mas conveniente.

Llegados a este punto, nos encontramos con lo que más nos importa al ciudadano de a pie: ¿podremos decidir libremente si hacemos huelga o si vamos a trabajar.? Desde los distintos medios de comunicación nos están bombardeando con posturas enfrentadas : Los sindicatos animando a ir a la huelga, los empresarios a no secundarla. Que bonito sería que pudiéramos optar libremente, pero a tenor de lo ocurrido en otras huelgas mucho nos tememos que no va a ser así.

Tanto unos como otros tienen sus medios de coacción para hacernos cambiar de opinión. A saber: por un lado los «piquetes informativos» que hacen acto de presencia en cualquier momento y te «invitan» a seguir su postura. Por otro algunos empresarios sin escrúpulos que amenazan con medidas represivas a los empleados que hagan huelga, y, por otro , las administraciones encargadas de marcar los servicios mínimos, muchas veces considerados abusivos por los trabajadores. Todo esto conlleva miedo o precaución-llámese como se quiera-, condiciona la libertad de decisión y desvirtúa los resultados finales de toda huelga.

Una huelga sólo triunfará desde la unión de todos ante un objetivo común y desde la libertad a decidir, sino estará abocada al fracaso. Pero nos da la impresión que la unión y la libertad, en estos casos, brillan por su ausencia. No sabemos si al final servirá para algo, de momento lo que si sabemos es que un buen numero de millones de euros se van a ir al garete y que al final le tocará pagar a los de siempre. Así que tomemos nota y apretémonos el cinturón que el invierno se presenta largo ,frío y duro…