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VENDO CASA PARA PODER HACER LA CALLE


Me dirijo a los lectores de BESANA para poner en conocimiento mi situación: soy vecina de Villoria. Mi marido y yo nos casamos y nos fuimos a Suiza con la sola intención de hacer una casa en nuestro pueblo y así fue. Mis padres nos dieron un trocito de tierra, en lo que todos conocemos como el Cachón, hoy calle Ecuador.

Llevamos viviendo en ella 20 años y ahora nos planteamos venderla para poder hacer la calle para que otro vecino del pueblo pueda hacer la suya.

La situación esta así:
El ayuntamiento de Villoria incluyó estos terrenos en casco urbano, cuando éste urbanizaba todas las calles del Villoria. Mi casa, como estaba sola, quedó en el olvido. Hoy para que un concejal de este ayuntamiento pueda obtener licencia de obra se me obliga a correr con los gastos de la urbanización, sólo claro está hasta los terrenos de dicho concejal, ya que no se va a urbanizar toda la calle, habiendo más vecinos. La cantidad asciende a 64.000€, más el proyecto y dirección de obra que suponen otros 10.000€ aproximadamente, de los cuales yo tendría que pagar la mitad, es decir, 37.000€. A esto le añadimos 200 metros que me deslindan, pues la calle tiene que ser como una avenida, nada menos que de 12 metros de anchura.

Claro que cuando todo esto se aprobó ni se me informó y no puse recurso porque estas cosas sólo son para el ayuntamiento, no para los interesados.

El ayuntamiento muy caritativo, pondría la mano de obra pagada por el paro, y los materiales los compraría al almacén de construcciones que acostumbren.

Me pegunto por qué yo tengo que pagar la mitad de la calle cuando este ayuntamiento ha hecho TODAS las del pueblo.

¿Cómo un albañil y una limpiadora vamos a poder pagar 37.000€? Y además, el Sr. Alcalde, en su artículo de esta revista nos dice que le haría ilusión que todas las calles del pueblo sean transitables; claro, que si a cada vecino le piden la cantidad nuestra, pasearíamos por calles de oro .

El ayuntamiento lo tiene claro: o lo pago o lo pago, y si no accedo le pasarían la pelota la REGTSA, que como es un organismo que no tiene sentimientos procedería al embargo. Y, ¿qué me embargarían, la calle? ¿La casa? ¿La nómina?

Me pregunto: ¿es justo que ni un solo vecino de Villoria haya tenido que pagar su calle, y a mí me obliguen? ¿Qué se derroche tanto en otras causas y que a una familia de trabajadores les obliguen a pagar una calle que en su día, el ayuntamiento anterior me prometió urbanizar cuando hubiera fondos?

Francisca Ávila San Juan

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