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Circula por la red un decálogo de los bien "hablaos" que somos los de Salamanca, amen de una serie de usos y costumbres propios de la charrería salmantina. Aquí los tenéis para todos aquellos que no lo hayáis visto

SALAMANCA LA BLANCA, ¡¡PERO QUÉ CHARRA ERES..!!


Circula por la red un decálogo de los bien «hablaos» que somos los de Salamanca, amen de una serie de usos y costumbres propios de la charrería salmantina.
Aquí los tenéis para todos aquellos que no lo hayáis visto

Decálogo del habla charra

El charro no es un lenguaje hablado, sino cantado. Así, cual elfo del bosque, el salmantino habla cantando.
El charro no va para acá o para allá. El charro va ‘pallí’, ‘paquí’ o ‘pahí’.
Si no entiendes algo no preguntarás ¿qué? o ¿cómo?, como un vulgar pucelano. En su lugar preguntarás ¿lo qué?

Si quisiéramos preguntar la razón de algo no diríamos ¿porqué?, sino ¿porque?, poniendo el acento en la o.

Un charro elonga la última sílaba de sus preguntas hasta el infinito, Ej. -Vengo mañana, -¿vieneeeeeeees?

Existe un verbo muy útil en la jerga charra: armar. ¿Qué haces? paquí armando. ¿Cómo te has hecho eso?, Bah!, armando.

El charro ama la complejidad verbal, no come, corre o canta, ha comido, ha corrido, ha saltado. Los pasados simples no nos van.

Un charro saluda, ¿qué pasa majo?, y se queda tan ancho.

Un charro no sueña, se sueña. «Ayer me soñé con hornazo».

Un charro compensa en apócopes lo que despilfarra en tiempos verbales ‘Tó, pues lo que yo decía.’

Usos y costumbres

Un charro no tiene garaje, tiene cochera. Y no cierra la puerta, la canda.

Un charro no ataja, atrocha.

Un charro no se atraganta, se añusga… y cuidado con añusgarse que luego te da un aciburrio.

Y no se le cuela la pelota en las ramas de un árbol se la «ha encolao»

Un charro no come pescado, come pesca.

Y en el kiosko pide «jamones» y en la pastelería «raquetas»

Un charro es hijo de su padre o su madre: José es ‘Pepe el de Paquita’, Antonio es ‘Toño el de Nines’.

Un charro no cambia los artículos recientemente adquiridos que no le satisfacen, los descambia.

En las ferias de septiembre no va a los autos de choque, va a los ‘coches chocones’.

Tomando un café al camarero se le dice cóbrame, y no cóbrate, aunque sabemos que el dinero es para él.

Cuando comienza la proverbial rasca charra, uno saca el chambergo (pelliza)… a falta de capa charra claro.

Un charro no dirá chorba, chica, novia, etc, dice ‘mi niña’

Antes de decir patata para hacer una foto, un charro siempre le dice a la gente que se ‘arrejunte’ o ‘arrejuntaos tós’, más que nada para que no se corten las cabezas.

Cuando nos hablan de Valladolid como ciudad superior en algo a Salamanca pensamos….. ¡¡¡ BAH, PUCELA ME LA PELA!!!!

Ala! chochos, hornazo, chanfaina y perrunillas pa tós, que convida la casa!

COLABORACIÓN ENVIADA POR ALEX GH

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