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Recuperamos para Besana el texto leído por Alfonso "El Pindoque" durante la pasada celebración de San José Obrero y que versa sobre temas de vigente actualidad.

VACAS GORDAS Y VACAS FLACAS.


Recuperamos para Besana el texto leído por Alfonso «El Pindoque» durante la pasada celebración de San José Obrero y que versa sobre temas de vigente actualidad.
Buenos días, son muchos años subiéndome aquí y, la verdad, cada vez me pongo más nervioso, así que para otro año ya habrá alguien que se suba. Hoy 1 de mayo, casi todos los años digo lo mismo, es un día reivindicativo donde todas las personas tienen un derecho a tener un trabajo digno y un sueldo justo, algo que no está sucediendo porque creo honestamente que estamos peor que el año pasado.
No podemos olvidar que tenemos una crisis encima todas las personas, pero los que más lo sufren son los que menos tienen. No quiero culpabilizar a nadie y tengo que tener cuidado con las palabras que digo, porque se pueden volver en contra mía y lo mismo esta noche me duelen las muelas.
Sí es verdad que hemos tenido unos años de bonanza; yo diría que han pasado las siete vacas gordas y ahora vienen las delgadas. Pero lo que está claro es que tengo un compromiso social y no puedo mirar para otro lado sabiendo los dramas que hay en muchas familias que se han quedado sin trabajo; el paro se ha acabado y con las ayudas sociales no pueden tirar hacia adelante, dejando el piso y teniendo que irse cada persona con sus padres, donde los hijos tienen un problema muy gordo porque se pueden romper muchos matrimonios.
El ladrillo para mí ha sido el pulmón de España, donde ha tirado de todos porque es una cadena. Los grandes constructores han hecho pisos en acantilados, vaguadas donde han querido con permiso y sin él, ganando lo que han querido porque antes de hacer los cimientos ya los tenían vendidos. ¿Y qué ha sucedido? Hay setecientas mil viviendas sin vender, les han bajado un poco el precio, pero al fallar el trabajo no las pueden comprar y esto es lo que está repercutiendo en todo, porque no ganan lo de antes pero tampoco pierden.
Ayer dando un paseo por el campo vi que había una cosecha preciosa, donde las patatas ya estaban saliendo y tengo que ser coherente con lo que digo; si los labradores cogen buenas cosechas con un precio justo, comprarán pisos, se harán naves, herramientas…y esto a lo único que conlleva es a dar puestos de trabajo. Porque así lo entiendo yo. ¿Quién es el culpable de la crisis? El Gobierno, las autonomías, ayuntamientos o nosotros mismos por correr demasiado deprisa; o son los bancos, que daban dinero a mucha gente, chavales que se independizaban de sus padres. Pedían cien mil euros y les daban ciento cincuenta. Y ha ocurrido que al quedarse sin trabajo no han podido pagar el piso y los bancos se han quedado con él, teniendo que volver con sus padres. Esto es muy grave.
Hace dos años el Gobierno infló a los bancos de dinero para que abrieran un poco el grifo, porque ese dinero es de todos los españoles, donde casi lo tienen cerrado y nuestros hijos si quieren hacer una casa pidiendo un préstamo, tenemos que hipotecarnos toda la familia porque si no, no las dan; es una vergüenza. Yo diría que son los más culpables, porque han ganado lo que han querido y ahora que está mal no pierden.
Yo he pasado en esta vida muchas crisis. Recordaréis los que tenéis mis años, sesenta y seis o más, cómo lo pasamos. Una España devastada por lo que sucedió; yo no me avergüenzo de decir que pasé hambre, tuve piojos y mocos de la hambruna que había. ¿Pero qué sucedió? Que queríamos mucho a esta España que es de todos, cogiendo el pico y la pala. Unos se fueron a Alemania, otras a Francia y otros a Suiza, y lo que ganábamos lo mandábamos a nuestra querida España. No dejamos el dinero ni en Suiza ni es paraísos fiscales porque sabíamos que ningún país nos iba a levantar de la que teníamos. Y hemos llegado a ser la novena potencia mundial, con nuestro sudor, lágrimas y sangre. Una vez le dije a una persona muy allegada: «este mundo lo está pasando mal», y me contestó que a él no le interesaba el mundo, sino España. Yo le contesté que «el mundo necesita a España y España necesita al mundo, porque todos somos parte de él».
Cuando me levanto por la mañana me doy cuenta de que estamos viviendo en el mejor rincón del mundo, sabiendo lo que está pasando con esos terremotos en El Tibet, China, Méjico y los haitianos que los han dejado sin casas, si se puede llamar a eso casas. Y esas familias destrozadas donde han desaparecido enteras y los españoles nos hemos volcado solidariamente. Porque sí es verdad que aquí hay gente que lo está pasando mal, pero allí hay gente que lo han perdido todo. De hecho, ayer en un medio de comunicación dijeron que la Cruz Roja había mandado veintiséis millones de euros y aquí en las Villas veintitantos mil, que con esto allí se hacen muchas cosas. Aunque España hay que construirla poco a poco, si no, nos comemos el mundo.
Así que estoy seguro que saldremos de esta, pero todo juntos, porque España es de todos, sin mirar a ningún lado y será como Fuenteovejuna, todos a una. Y pido al patrón de todos los trabajadores o al que más mande, que nos eche una mano, porque si es verdad que el túnel está oscuro, pero estoy seguro que el próximo año veremos más claridad.

ALFONSO «EL PINDOQUE».

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