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Esta mujer salvó a 2.500 niños del gueto de Varsovia.

IRENA SENDLER, UNA HEROÍNA ANÓNIMA


Esta mujer salvó a 2.500 niños del gueto de Varsovia.
Todos conocemos la historia del empresario alemán Oskar Schindler, que salvó durante la Segunda Guerra Mundial a mil judíos camuflándolos como trabajadores de sus empresas. Menos conocida, sin embargo, es la hazaña de una humilde mujer polaca que arriesgó su vida en la Varsovia ocupada por los nazis como miembro de la resistencia. Se llamaba Irena Sendler y consiguió sacar del gueto de Varsovia nada más y nada menos que a 2.500 niños judíos.
Cuando Alemania invadió Polonia en 1939, Irena era enfermera en Departamento de Bienestar Social de Varsovia y se encargaba de los comedores comunitarios de la ciudad, donde trabajó incansablemente para aliviar el sufrimiento de miles de personas, tanto judíos como católicos. Pronto se enteró de los planes que los nazis tenían para los judíos encerrados en el gueto de Varsovia, que no era otro que su exterminio en los campos de concentración.
Consiguió un pase para trabajar en el mismo gueto como encargada de alcantarillado y tuberías. Con este subterfugio entabló relación con los judíos y les comunicó su intención de sacar de allí a todos los niños posibles para ponerles a salvo hasta que pudieran reunirse con sus familias después de la guerra. Nos podemos imaginar la angustia de aquellos padres ante la decisión de entregar a sus hijos a Irena Sendler para poder salvarles la vida. Irena se jugaba su propia vida y no les podía dar garantías de éxito.
Comenzó así a sacar niños del gueto con todo tipo de engaños para poder esconderlos y pasar desapercibidos ante los soldados alemanes. Utilizó el fondo de su caja de herramientas, ambulancias asegurando que tenían el tifus, un gran saco de arpillera en la parte de atrás de su camioneta para los niños más grandes…, incluso llevaba un perro al que entrenó para ladrar a los soldados nazis cuando salía y entraba del gueto. Los soldados no osaban acercarse al perro y sus ladridos ocultaban los ruidos de los niños.
Pronto se dio cuenta de que ella no podía recoger y mantener a todos los niños y los fue entregando a familias católicas de confianza hasta que acabara la guerra y pudieran reunirse de nuevo con sus familias. Ideó un registro consistente en meter el nombre real y el ficticio de cada niño en un papel dentro de botes de cristal que enterraba junto a un manzano del patio de su vecina. De esta forma se aseguraba que cada niño supiera su verdadero origen y lograra volver con sus padres. Lamentablemente este deseo de Irena se cumplió en contadas ocasiones por la muerte de los padres a manos de los nazis en los campos de exterminio.
Aunque parezca mentira, de esta forma logró sacar del gueto a 2.500 niños, niños que, sin saberlo, debían su vida a aquella modesta enfermera polaca. En 1943 Irena Sendler fue descubierta y detenida por la GESTAPO. Fue encarcelada, torturada –la rompieron los brazos y las piernas- y condenada a muerte. Su ejecución fue detenida milagrosamente no se sabe muy bien cómo, aunque se habla de que el Consejo para la Ayuda a los Judíos (Zegota) sobornó a varios oficiales alemanes. Tras recuperarse, Irena siguió trabajando con una identidad falsa hasta el final de la guerra.
Cuando terminó por fin aquella cruel guerra, ella misma desenterró sus listas de niños metidas en tarros de cristal y se las entregó al Doctor Adolfo Berman, el primer presidente del Comité de salvamento de los judíos supervivientes. En 1965, el memorial israelí del Holocausto, Yad Vashem, le concedió el título de Justa entre las Naciones, que otorga a los gentiles que contribuyeron a salvar a los judíos. Su increíble historia quedó convenientemente oculta durante los siguientes cuarenta años bajo el régimen comunista polaco, hasta que un grupo de estudiantes americanos descubrió su increíble historia. En 1999 intentaron buscan su tumba para depositar un ramo de flores y descubrieron por sorpresa que aún vivía, aunque postrada en una silla de ruedas por las lesiones inflingidas por la GESTAPO .
En el año 2007 fue propuesta para el premio Nobel de la Paz, pero no fue seleccionada. Se lo llevó Al Gore por un documental sobre el Calentamiento Global. Irena Sendler pasó los últimos años de su vida sobre su silla de ruedas en una residencia de Varsovia, pero desde que se conoció su historia, nunca faltaron los ramos de flores en su habitación que llegaban desde todas las partes del mundo.
Irena Sendler falleció el 12 de abril de 2008, a los noventa y ocho años de edad. Estoy seguro de que su memoria perdurará durante mucho tiempo.

EL PÁNCARO.

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